Llegó el mes de agosto y
con ello la Feria de Muestras, la Semana Grande, con sus conciertos y
la noche de los fuegos, y el eterno debate de los Toros que atrae la
Feria Taurina de Begoña, cuya polémica ha llegado con unos días de
adelanto este año.
Y este adelanto en el
debate nace porque Mundotoro, la empresa concesionaria de la Plaza de
Toros, había pedido la utilización de la playa para realizar,
durante un día por la mañana, tal y como se había hecho los dos
años anteriores aunque en la propia Plaza de Toros, un pequeño
cursillo sobre el toreo. Entonces comenzó la habitual lucha de
aquellos que están en contra de los toros, llamando a
manifestaciones, insultando a los que les gusta e iniciando una
recogida de firmas en una página web. El resultado fue que desde el
Ayuntamiento de Gijón le vieran los cuernos al toro, y decidieran
parapetarse tras el burladero del procedimiento administrativo básico
para denegar el permiso.
Y entonces unas preguntas
sobrevienen a mi mente. ¿Por qué este año no se puede realizar una
actividad que se pudo realizar en 2012 y 2013? ¿Se debe a que el
lugar de celebración sea la playa? ¿o por el contrario porque hubo
un movimiento en su contra? ¿Son malos los toros si es para una
actividad para niños y no si lo es para cualquiera que pague su
entrada?. La realidad es que la respuesta de nuestro Ayuntamiento me
recuerda a ese debate ficticio en "Los Simpsons" en el que
Kang y Kodos, caracterizando a los aspirantes Demócrata (Bill
Clinton) y Republicano (Bob Dole) a la Presidencia de los Estados
Unidos, hacían un debate y viendo que las propuestas que hacían
gustaban a unos pero no a otros, hacen una propuesta que llena de
júbilo a todos, esa propuesta se resumía en la frase "aborto
para unos, banderitas americanas para los demás".
Pero dejando aparte el
lado político del asunto, me centraré en el asunto de los toros.
Por un lado tenemos a los antitaurinos, que observan las actividades
taurinas como algo inmoral, terrible y violenta. Por el otro los
taurinos, que ven en ella un arte, y una tradición milenaria.
Bien, es obvio que la
tauromaquia, en sus diferentes facetas, sí es una tradición
milenaria, no en España, sino a lo largo de toda la Europa
mediterránea, y así podemos encontrar trazas en las islas griegas,
el sur de Italia y en España. Es cierto que igual se puede
considerar por una parte como una tradición violenta, pero no menos
que otras que se producen en nuestros pueblos, como la matanza, y no
peor que el procedimiento diario por el que otros animales, entre
otros el toro doméstico o buey e incluso el toro de lidia que no da
la talla para ser toreado, sufren en los mataderos de todo el mundo
para que nosotros tengamos nuestros productos cárnicos en las
tiendas.
La cuestión de si es
arte o no es arte, es una cuestión que, como todo en ese mundo, es
totalmente subjetiva, lo que a unos les parece un arte a otros les
parece una barbaridad, pero en el que sólo se puede ser cívicos
llegando al entendimiento, unos son libres para considerar que es una
cosa que debe verse y conocerse, otros que no es un plato de buen
gusto, pero siempre desde el respeto al otro punto de vista. De todos
modos seguramente a todos nos llaman la atención escenas de la lidia
capturadas en foto, pintura u otras obras independientemente de lo
que nos guste o no el toreo.
Añadir que eliminando
las corridas de toros no se protege al toro de lidia, que es una
especie que vive tan sólo por y para el espectáculo taurino, y que
sin él se vería abocado a la extinción en unos pocos años. Y
alguno se preguntará, ¿ero si dijiste que también se puede usar
para comer? Sí, es cierto, pero muchos expertos consideran, y desde
hace unos meses se lleva a cabo una investigación por parte del
renombrado chef español Mario Sandoval, hermano del ex-entrenador
del Sporting, que no sabe igual el toro lidiado que el que no, y
afirman que el toro lidiado es mejor en sabor, textura y composición
proteínica, con lo que efectivamente el toro de lidia sin lidia pasa
a ser un animal inservible a engrosar la lista de animales extintos,
por acción u omisión, por el hombre.
Dicho todo esto, y para
que no se especule con los gustos de quien esto escribe decir que a
mí esto de los toros es una cosa que ni me gusta, no me llama la
atención pese a que hubiera quien lo intentara, pero tampoco
comprendo la obsesión de alguna gente de prohibir lo que le
disgusta, e insultar y atacar con vehemencia al que no comparte su
opinión.
JOSÉ MARÍA AGUIRRE GARCÍA DE LA NOCEDA, VICESECRETARIO DE ORGANIZACIÓN NUEVAS GENERACIONES PP GIJÓN
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