sábado, 7 de diciembre de 2013

Menos impuestos en Asturias para crear riqueza y empleo

Asturias necesita con urgencia una reforma fiscal para que los asturianos paguemos menos impuestos y dejemos de sufrir una insoportable presión tributaria, la más alta de España sólo por detrás de Cataluña. Esta es una medida fundamental, imprescindible a juicio del Partido Popular, para poder ayudar de verdad, de manera acertada y decisiva a crear riqueza y empleo en nuestra castigada región.

El Gobierno socialista de Javier Fernández debe abandonar su cerrazón, tiene que dejar de aplicar obstinadamente políticas del pasado que ya han demostrado con resultados y cifras su fracaso, y que no sirven para afrontar los nuevos tiempos a los que nuestra comunidad se tiene que enfrentar. Asturias, desgraciadamente, está en el vagón de cola de España y cada día, mes a mes, en cada indicador económico -se mire el que se mire-, se hunde más en el abismo, mientras que otras comunidades autónomas empiezan a sentir cierta mejoría en su situación económica. Algunas de ellas muy cercanas a la nuestra como Galicia y Cantabria.

El Principado cuenta con un sistema tributario arcaico y obsoleto, que esquilma sin piedad los depauperados bolsillos de los ciudadanos y no es capaz de adecuarse a las demandas de una sociedad enfrentada a cifras de paro dramáticas e insoportables, que superan el escalofriante número de los 100.000 asturianos desempleados. Un panorama deprimente al que, sin duda, han colaborado los elevados impuestos que pagamos los asturianos por culpa de las trasnochadas políticas socialistas, que desde hace años están provocando en la región una profunda deslocalización fiscal, de empresas y personas, que huyen hacia otras regiones donde reciben un mejor tratamiento tributario.

El resultado es palpable: la merma del consumo y el desincentivo a la inversión en Asturias. Lejos de ayudar, el Ejecutivo de Javier Fernández sigue fuertemente anclado en propuestas caducas, gestionando nuestro dinero con el retrovisor puesto en las viejas y ya superadas políticas de los años 80 y poniendo continuas e insalvables trabas a la creación de riqueza y empleo.

Para revertir esta injustificable situación, más allá de añejos y agotados prejuicios ideológicos, el Partido Popular está impulsando la defensa de una rebaja de los desmesurados impuestos que el Principado cobra a los asturianos, sin discriminación alguna por razón del nivel de renta, para establecer una política fiscal moderna que ayude a impulsar el consumo, la actividad empresarial y la generación de puestos de trabajo. Porque el dinero donde mejor está es en el bolsillo de los ciudadanos, y no en las cajas fuertes de los chiringuitos socialistas.

Nuestra comunidad sufre los tipos impositivos más elevados de toda España en la práctica totalidad de los tributos cedidos a la comunidad autónoma, tanto en el recargo autonómico sobre el Impuesto sobre la Renta de Personas Físicas (IRPF) que, por increíble que parezca, sólo es superado por Suecia en toda Europa, como en el Impuesto sobre el Patrimonio o en el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones.

En el recargo del IRPF, el PP defiende una reducción de los tipos autonómicos mínimos y máximos, porque los asturianos pagamos el mayor IRPF de toda España.

En el Impuesto sobre el Patrimonio proponemos una rebaja fiscal con una bonificación del 99 por ciento. La Comunidad de Madrid, gracias a la exención y bonificación total que aplica en este tributo, está logrando atraer empresas, crear empleo y crecer, mientras Asturias pierde industria, reduce trabajo y decrece por encima de la media nacional, en una sangría económica incesante.

En el Impuesto de Sucesiones las decisiones de los socialistas también están provocando perjuicios respecto al resto de regiones, dado que Asturias ocupa, también en esta negativa clasificación, la primera posición con los tipos más elevados de toda España. El Partido Popular plantea rebajar los tipos impositivos y fijar bonificaciones fiscales, según los casos, del 99 por ciento.

Y todo ello porque está demostrado que unos impuestos elevados en el ámbito autonómico no tienen por qué conllevar mayores ingresos para las arcas del Principado. No por hacer que los asturianos paguen más se va a recaudar más. Lo que tiene que preguntarse Javier Fernández es cuántos ingresos se van a perder si la destrucción de puestos de trabajo, el cierre o la marcha de empresas y la ausencia de inversiones sigue siendo la tónica característica de nuestra región. Y si tan preocupado está por los ingresos, el Partido Popular le ofrece algunas propuestas, tales como actuar sobre el gasto superfluo, recortando el mastodóntico sector público del Principado formado por un entramado de más de 80 chiringuitos, que los asturianos no nos podemos permitir porque no los podemos pagar.

Asturias tiene que sumarse a la ecuación de la prosperidad, que no es otra que conjugar la austeridad y la estabilidad presupuestaria con una bajada selectiva de los impuestos. Ese es el mejor camino para crear nuevos nichos de actividad para los emprendedores, atraer capitales desde otras comunidades autónomas y mantener inversiones empresariales en nuestra región. Porque con ello no sólo se crea empleo, sino que se mantiene el existente y se evita que se destruya.

EMMA RAMOS, DIPUTADA REGIONAL DEL PARTIDO POPULAR

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