Al PSOE se le revientan las costuras de la incoherencia. Lo mire uno por
donde lo mire, aflora en el socialismo una actividad febril de búsqueda
desesperada de ese voto perdido que no puede ir a buscar en el grupo
más moderado del centro-izquierda social, más que nada... porque éste
todavía tiene las manos llevadas a la cabeza tratando de lograr
comprender cómo sus representantes nos pudieron llevar a todos a tanta
ruina que -todavía después de dos años de intenso trabajo y sacrificio
de tantos- apenas se empieza a vislumbrar el final. Y ante tal
evidencia, trata de encontrar hueco en la frase de brocha gorda con que
poder atraer a los más extremistas. Por eso siguen la corriente de la
izquierda más asilvestrada, o se contradicen a sí mismos con sus actos,
sin ningún pudor.
Su último nicho feliz de demagogia es la futura
ley de Seguridad Ciudadana, que sin haber nacido ya habían bautizado y
rodeado de falsedades. Aquí tal parece que la cosa es ponerse tras la
pancarta una vez más, con algún lema facilón e incendiario que se
entienda bien a través del altavoz, o que se ajuste como un guante a los
140 caracteres del Twitter, y que les sirva de paso para desviar la
atención sobre cosas que les gustan menos, ya sean negativas para todos
-como el goteo lamentable de los malos usos de algunos dirigentes de su
sindicato más afín, al que no dudan en defender como primos hermanos que
son-, o de cuestiones positivas para todos -como la salida de la
crisis-, que niegan y niegan y vuelven a negar, como los peces en el
río, pero en versión laica. Claro que... como tampoco la vieron venir...
no digo nada, a lo mejor es que siguen con problemas de vista.
En
fin, la cuestión es que la semana pasada se les cayó una de sus
mentiras flagrantes al respecto, cuando a Soraya PSOE se le ocurrió
acusar a la vicepresidenta Sáenz de Santamaría de pretender "limar" con
esta ley derechos fundamentales. A lo que la Vicepresidenta le
respondió: "¿Es para usted un recorte que hoy con esta ley se limiten
las identificaciones masivas indiscriminadas que practicaba el Gobierno
anterior?, porque ahora se va a exigir motivación. ¿O prefiere los
métodos del señor Rubalcaba?". ¿A qué se refería la Vicepresidenta? Pues
a que durante los años de falso talante del desgobierno de Zapatero se
llevó a cabo un 38% más de identificaciones ciudadanas que con el
Gobierno del PP. Y más aún, durante los años en los que el hoy líder del
PSOE Pérez Rubalcaba fue ministro de Interior llegó a acumular la
friolera de 45 millones de identificaciones indiscriminadas, esto es,
sin necesidad de esgrimir motivo alguno que las justificara. Y,
precisamente, esa realidad legal que el PSOE de Rubalcaba veía bien y
ejercía sin recato ni medida es la que quiere, entre otras, cambiar el
Gobierno de Rajoy con esta ley, que pretende ni más ni menos que
aumentar las garantías de los ciudadanos al regular la intervención de
los cuerpos de seguridad.
En este sentido, en el texto del
proyecto de ley que el PP quiere sacar adelante, se exige que para que
la Policía pida identificación a alguien por la calle haya existencia de
indicios de que esas personas a las que se pretende identificar "hayan
participado en la comisión de una infracción o para prevenir que la
cometan", no como en la ley socialista vigente para la que esto no hace
falta, te lo pueden pedir sin más. Y no sólo eso, sino que también se
endurecen y, por lo tanto, se protegen los derechos del ciudadano en las
diligencias para el cacheo, porque a partir de ahora sólo se podrá
llevar a cabo para impedir la comisión de delitos o para sancionar
infracciones. Todo ello, por supuesto, tendrá que ser bajo los
principios de proporcionalidad, igualdad de trato, no discriminación y
mínima injerencia.
Y ésta es sólo una muestra del botón de la
verdad. Una muestra de la desfachatez con la que la izquierda organiza
una campaña contra una ley que simplemente no les gusta a ellos, porque
no es la suya, como ocurre con otras. Una muestra de cómo será la
enorme, profunda y, por qué no decirlo, nauseabunda falsedad del
discurso de esta izquierda desnortada que hoy ejerce de oposición casi
de la misma forma poco afortunada que ejerció el Gobierno, intoxicando
con sus falsas poses y sus mentiras cada ley, cada reforma... como se
oponen ahora también, ya de mano, a la prisión permanente revisable para
determinados casos de delitos muy graves y terrorismo; otra muestra de
otro botón... pero de éste hablaremos otro día.
LAURA SAMPEDRO, SENADORA DEL PARTIDO POPULAR POR ASTURIAS
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