martes, 19 de noviembre de 2013

Presidente Rajoy: el tesón del hombre adecuado

Tengo que confesar que soy débil... mi intención al sentarme delante del ordenador para escribir este artículo era hacer un sosegado relato en positivo de los dos años de gobierno de Rajoy, ese Gobierno al que desde mi escaño en el Senado apoyo con todo el orgullo y el convencimiento, porque hay en este Gobierno y, sobre todo, en nuestro presidente Rajoy una línea nítida de voluntad de acierto, de trabajo a destajo con tesón, de cabeza en su sitio en la que, sin duda, yo confío, porque sé con certeza que puedo confiar en que con mucho esfuerzo y sacrificio de todos está sabiendo manejar el barco por entre los escollos, por encima de tiburones, pirañas y otros animalejos de mal diente, propios y ajenos, para sacarnos del abismo económico y social en que nos dejaron los socialistas hace dos años.

Pero, ¡ay!, es que... ya escribí la palabra "socialista" y, claro, me viene a la cabeza ese "compañeros, el PSOE ha vuelto" y la imagen de Rubalcaba -ese que tiene el mérito de poner de acuerdo al 91% de los españoles en que no es de fiar- frotándose las manos como suele y esa sonrisa que pretende ser franca mientras los ojos le ríen de algún secreto o mal pensamiento que sólo él sabe, y se me van todas las buenas intenciones por la borda. "Sólo estamos al principio del rescate", dice... ¡Él!, que formó parte ya del Gobierno de Felipe González y más recientemente del de Zapatero en todas sus fases y, por lo tanto, fue activo protagonista de las dos crisis más profundas de la economía de nuestro país. ¡Él!, que todavía el otro día alegaba en su "defensa" que el problema no era que hubieran negado la crisis -que la negaron bien negada-, sino que ¡no la vieron venir! Pues no sé qué es peor... pensé mientras le escuchaba mentir directamente a cámara: "Ahora todo el mundo dice haberla visto, pero de aquélla nadie la veía". ¿Ah, no? Pues yo recuerdo muy bien cómo nos insultaban cuando decíamos que había que tomar medidas. "Antipatriotas" fue lo más suave que se nos dijo a los del PP.
No la vio venir... no la vio venir... sin embargo, el "rescate" bien que lo ve, de hecho... no hace más que "verlo". ¿Tanto que tal parece "desearlo"? Ya el año pasado, el más largo y frío que hemos pasado los españoles en la historia más reciente, Rubalcaba -como si fuera el ama de llaves de "Rebeca"- se lo pasó susurrando al oído del Gobierno de Rajoy: "Pídelo... pide el rescate... es sencillo dejarse caer", claro que a buena parte fue a susurrar... afortunadamente, Rajoy es invulnerable a susurros, amenazas y zarandeos gratuitos y aguantó, porque consideró que tenía que aguantar, que no iba a entregar el país a los "hombres de negro" porque los españoles podíamos, y a las pruebas nos remitimos todos, mandarnos solitos, hacer nuestro sacrificio por nosotros mismos y salir adelante como el pueblo maduro y grande que somos.
En fin, mañana hará dos años del día en que los españoles nos dieron la confianza para sacarlos de este terrible pozo que amenazaba con engullirnos por generaciones. Dos años que han sido duros hasta la extenuación para todos. En los que hemos visto pocas luces y hemos pasado mucho frío -físico y moral-. El primero fue de puras medidas de supervivencia, tras enterarnos de que el pozo tenía doble fondo en negativo. El segundo, de reformas y sacrificios para evitar que nos engullera el temido rescate. Este que empieza será el de la recuperación. Las grandes cifras se equilibran, los rumores y las incertidumbres se sosiegan, aumentan la expectativa, la confianza. ¿Es suficiente? Ni de lejos. Hay seis millones de familiares, amigos y conocidos en esas fatídicas listas del paro, que todavía están lejos de notar esas "grandes" cifras. Y ya dijo el Presidente que no habrá descanso hasta conseguir que también remonten.
Lo esencial es que en estos dos años hemos puesto las bases, ya no pisamos sobre un agujero sin fondo cuando intentamos ponernos de pie. Y lo lograremos, sin que Rubalcaba ni los que le quiten la silla en su día lo puedan evitar. A ellos les preocupa que la recuperación "a tiempo" les impida hacerse con el Gobierno, para esquilmar de nuevo el país mientras la fachada les aguante. Por eso "han vuelto" en su versión más radical porque quieren captar votos de su izquierda. Afortunadamente, el PP, en estos tiempos duros, como en todos los que han sido y puedan ser en el futuro, nunca se va a ningún sitio. Nosotros no huimos ante las situaciones difíciles, ni las negamos, les hacemos frente, las abordamos, las solucionamos... por eso no tenemos que andar "volviendo".
LAURA SAMPEDRO, SENADORA DEL PARTIDO POPULAR POR ASTURIAS

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