Uno de los signos de
identidad de una ciudad es su callejero, en él se relatan las
figuras que habitaron la misma, los hechos allí sucedidos, la
procedencia de gente importante.
Si echamos un vistazo al
callejero de Gijón veremos que tenemos parte de eso, la Calle de los
Moros (donde se dice estuvo el campamento de Munuza), la del prócer
Calle de Jovellanos o la Avenida del estadista Torcuato
Fernández-Miranda. Sin embargo también se aprecia otra triste
realidad: el sectarismo de los gobiernos socialistas apoyados por los
comunistas primero e Izquerda Unida después. Llamando a dos de sus
arterías principales de Pablo Iglesias, fundador del PSOE, o de
Carlos Marx, ideólogo que dio pie a esos partidos gobernantes en
Gijón, a pesar de que el PSOE supuestamente abandonó el marxismo en
el Congreso de Suresnes, antes de que volviera la democracia a
España.
Mientras estos próceres
del socialismo reciben sus calles importantes, suficientemente largas
y con suficientes portales y locales, otros importantes gijoneses se
quedan sin las suyas o con oscuros callejones. Ejemplos de estos
pueden ser el actor Arturo Fernández, un hombre que durante toda su
vida se ha dedicado a llevar por España los nombres de Gijón y de
Asturias, pero su afiliación política en favor del Partido Popular
hizo que nunca el Ayuntamiento de Gijón se molestara en pensar en
dedicarle una mísera calle, avenida, paseo o parque. Por el otro
tenemos ejemplos como el del jesuita José María Patac de las
Traviesas, al que pese a ser hijo predilecto de Gijón, y el hombre
que más hizo por la cultura de la ciudad y la región en el último
siglo, ve su nombre escondido en una placa de una oscura callejuela
al lado del Colegio de la Inmaculada, en el que desarrolló su labor
docente e investigadora.
Y no sólo son esos si
nos circunscribimos sólo al ámbito de la política hay varios
gijoneses ilustres que merecen estar en nuestro callejero mucho más
que aquellos próceres del socialismo que en la vida hicieron nada
por nuestra ciudad ni sus ciudadanos, como pueden ser los
ex-Vicepresidentes del gobierno Rodrigo Rato o Francisco
Álvarez-Cascos, los ex-Presidentes del Principado Pedro de Silva,
Sergio Marqués o Vicente Álvarez-Areces o los ex-Alcaldes Juan
Manuel Palacios o Paz Fernández Felgueroso, amén de otras muchas
personalidades. Si bien es cierto que a Palacios el actual gobierno
de Foro, siguiendo la costumbre de los anteriores regidores de darles
arterias principales a socialistas, sugirieron darle su nombre a la
Avenida del Llano, para luego dar marcha atrás por las protestas,
mientras que a importantes empresarios como Joaquín Alonso Díaz le
pone una callejuela en el Polígono de Lloreda, o al fallecido Manolo
Preciado una pequeña alameda, muy bien situada junto al Estadio
donde los gijoneses disfrutaron del Sporting que dirigió y al que
devolvió a Primera, pero por el que no pasa nadie salvo los días de
rastro.
Y es que el callejero de
nuestra ciudad es, para desgracia de aquellos que tenemos otras
ideologías, una oda al socialismo, y no por las más que
comprensibles vías de nuestra ciudad dedicadas a gente como el
ex-dirigente comunista Santiago Carrillo, nacido en esta ciudad, o la
ex-dirigente del mismo partido Dolores Ibarruri “La Pasionaria”,
que tuvo parte de su historia en Gijón, pero sí por la dedicatoria
de calles a héroes revolucionarios como Gaspar Díaz Laviana, o los
antes citados, amén de otros cuanto mucho menores y menos conocidos.
Y es por eso, que es
sorprendente que el cambio de gobierno en la ciudad no trajera una
actualización justa a nuestro callejero que rompiera con 32 años de
sectarismo socialista, sobre todo en sus principales vías para
reconocer el esfuerzo de aquellos gijoneses de nacimiento o adopción
que han trabajado por este nuestro Gijón, y que de verdad merecerían
tener su placa en las mismas. Y si no los hubiera sería mejor llamar
las calles al estilo estadounidense con números hasta que aparezca
alguien con méritos para que se le conceda su nombre antes que estar
dándoles el nombre de gente cuya aportación a nuestra ciudad es ser
una persona vinculada con el partido gobernante o sus compañeros de
viaje en el gobierno municipal durante tantos años, pero sin ningún
vínculo con nuestra ciudad.
JOSÉ MARÍA AGUIRRE GARCÍA DE LA NOCEDA, VICESECRETARIO DE ORGANIZACIÓN DE NUEVAS GENERACIONES DE GIJÓN.
Alabaría el artículo si Vd. supiera el nombre de los alcaldes: Palacios no era tal, Palacio era su apellido.
ResponderEliminar¿No lee Vd. la prensa?
http://www.youtube.com/watch?v=AZHj4x74BxY