Seamos
directos, estamos en tela de juicio. Recientemente, ha saltado al
ruedo un tema que ha causado un gran revuelo mediático en las redes
sociales y en cualquier medio de acceso más o menos público. Y para
poder localizar el origen de este problema no hay que acudir
demasiado lejos, el mismo ha radicado en nuestro propio partido en
palabras de una de nuestras más conocidas integrantes. Sigamos
siendo directos, ¿sobran las “Nuevas Generaciones” de los
partidos?. Yo, perdonen que me defina, pero me caracterizo por ser
menos superficial que el resto. No creo que las declaraciones
efectuadas por Ana Botella tuviesen el contenido que se les ha dado.
Es más, creo que trataban de darnos una idea de algo que en todas
partes hace falta mejorar.
A
mi juicio, Ana Botella ha criticado la existencia, en todas las
organizaciones juveniles, de personas cuya única dedicación es el
partido. Dicho así, parece una crueldad extrema y unas declaraciones
muy desafortunadas. No obstante, ella tampoco pretendía criticar a
las personas dedicadas al partido, ni a las que van a todo y pierden
su tiempo en desplazarse, colaborar, llamar a la gente y defender sus
ideas. Bajo mi punto de vista, ella pretendía atacar el alma de las
personas que realizan estos comportamientos. No, no me he vuelto un
loco existencialista, tampoco pretendo ser un místico, cuando me
refiero al alma, al espíritu, hablo del fondo, de la intención que
mueve a estas personas.
Para
la alcaldesa de la Villa de Madrid son totalmente reprobables y
dignos de erradicación todos aquellos comportamientos, todas
aquellas personas, que lo único que tratan es de participar en un
partido como vehículo a fines egoístas. Están ahí de forma
neutra, como un vaso de agua que quita la sed, cumplen su función,
pero si no tuviesen en su fuero interno la constancia de que eso les
va a repercutir en un beneficio no seguirían ahí. Al fin y al cabo,
como decía el poeta, “el beso por reglamento nunca se da con
sentimiento”. No podemos permitir que en ninguna organización, de
carácter público y vinculada a la sociedad, aparezcan personas con
egoísmos que desplacen ese fin social.
¿Qué
es lo que ocurre en una organización pública (sea en su vertiente
sénior,
o en su apartado juvenil) cuando los fines que persigue se subordinan
a intereses personales?. Pues la respuesta es muy sencilla, que toda
su vocación pública desaparece. Si una persona entra en un sitio
con una idea, tratará de rodearse de gente que le ayude a prosperar
en esa idea, apartará a quienes no estén de acuerdo y a quienes le
vayan a impedir lograr esos resultados. A su vez, empleará su cargo
y lo agotará hasta la extenuación, se enquistará en su poltrona y,
cual casa que nunca abre las ventanas, no dejará entrar aire fresco
que de un poco de vida y color a la organización sobre la que reina.
Y a mi juicio esto es lo que ha criticado Ana Botella.
Nuevamente
surge una pregunta, ¿por qué habla de jóvenes que se tienen que
dedicar a algo antes de entrar en la política?. Esto es fundamental,
esto resulta casi insalvable. Cuando nos dedicamos al gobierno de la
Polis, cuando nos dedicamos a ser participantes en lo público, hemos
de tener una formación del campo de actividad que nos queremos hacer
cargo. No es ni raro, ni tampoco infrecuente, que la igualdad que
rige en la democracia haga que cualquiera pueda votar y opinar sobre
cualquier asunto. Esto nos enriquece en cuanto a puntos de vista, nos
refuerza como defensores de los Derechos Fundamentales, pero a su
vez nos lastra con el velo de la ignorancia. Al final no prima la
mejor opinión (la democracia no entiende de mejorías) sino que
prima la opinión más popular. Si al menos los gestores, los
defensores de lo público, los políticos que tienen que dirigir las
distintas áreas sociales, estuviesen formados en las competencias
que van a asumir, podríamos tener la garantía de que al menos
poseen un norte en sus actuaciones y que actúan con un rumbo, con
una ciencia y un saber detrás. Un crío de 18 años puede conocer de
muchas cosas, puede haber vivido mucho, puede saber a la perfección
la problemática que le rodea, pero si arrastra ese conocimiento
hasta los 32 años, cuando abandone la agrupación juvenil y pase a
la política de “mayores”, se verá claramente poco formado para
las nuevas responsabilidades que va a asumir (economía, política
agraria, sector público, empleo, etc…)
No
obstante, no todo iba a ser malo. Me gustaría hacer un alegato a
favor de los “daños colaterales” de estas declaraciones. El
matrimonio entre ideología y personalidad nace antes o después en
el ser humano. Hay gente que desarrolla inquietudes tras ver una
película, al finalizar una lectura de un libro, siguiendo una
canción. Esas inquietudes que nacen y se gestan cual embrión
humano, poco a poco se van completando y conformando con muchos
factores tales como la forma de entender la familia, los amigos, la
ciudad en la que residimos, la naturaleza que nos rodea. Pese a que
no todo el mundo quiera poner una tilde a su carácter (no a la
palabra, sino al contenido de la misma) y exteriorizar esa
personalidad, hay gente que desde muy joven se afilia a partidos
políticos con la finalidad de poder colaborar con sus afines y
tratar de mejorar su visión del mundo. Esta gente se levanta a altas
horas de la madrugada para poder ir de interventor 12 horas unas
votaciones, se acuesta a las tantas tras una pegada de carteles,
mantiene blogs como este en activo, actualiza redes sociales, realiza
actividades, hace talleres formativos, ayuda a dar voz a muchos
jóvenes y causas que no se atreven o no pueden manifestarse. En
definitiva, luchan por lo que creen y lo hacen sin esperar nada a
cambio. Aunque sí que esperan algo a cambio, ni más ni menos que
hacer de su país, su territorio, su ciudad, un lugar mejor y más
acorde con la idea justa que quieren defender.
A
todas estas personas, que integran las Nuevas Generaciones de
cualquier partido en cualquier parte del mundo. Que en ocasiones no
lo tienen nada fácil por los distintos elementos geopolíticos que
se dan en nuestro planeta. A todos ellos les doy un profundo abrazo y
mi más sincera gratitud. Muchas de las personas que admiráis y
esperáis llegar a ser algún día, empezaron como vosotros. Y
especialmente me gustaría dar las gracias y el reconocimiento a
nuestra agrupación, ya que ni este blog, ni este “bloggero”
existirían sin el esfuerzo y las ganas de realizar actividades que
demuestran. A todos vosotros, gracias, nunca sobraréis.
ALEJANDRO
LÓPEZ FERNÁNDEZ, MILITANTE DE NUEVAS GENERACIONES DEL PP DE GIJÓN.
No hay comentarios:
Publicar un comentario