jueves, 25 de agosto de 2011

La obsesión de Zapatero (II)

El segundo gran tema es el de la Ley de la (Des-)Memoria Histórica, una ley hecha para contentar a unos y ensalzar a los de un bando. Es cierto que los muertos del otro bando ya fueron reconocidos y homenajeados por el anterior régimen, pero eso no es óbice para crear 70 años después de la fatídica guerra, una ley de compensación y pensar que lo habían hecho bien cuando en aquel desfile del 12 de Octubre hicieron desfilar juntos a un legionario que luchó del lado Nacional y un miliciano del lado Republicano. Ese fue el único gesto no partidista que tuvieron con un hecho por el que los vivieron ya se habían perdonado unos a otros sólo para que viniera Zapatero, que ni lo vivió ni conoció a Franco, se dedicara a revivir el odio a algunos pocos de estos y a otros muchos como él que ni vivieron la Guerra ni conocieron al Dictador más que siendo unos niños pequeños.

Y no es que esta ley sea totalmente mala, ha hecho desaparecer del callejero y de los calles a gente que no debería haber estado. Sin embargo, se deja a muchos que tampoco deberían pero que lucharon en un bando diferente, o que ya durante la república abogaban por el asesinato de los que no pensaban como ellos y caían en ese mismo bando contra el que no se debe actuar sino ensalzar. Esto ha llegado a límites irrisorios, si no directamente patéticos en todo lo que se refiere a aquella obra faraónica que nos dejó el anterior Régimen que es el Valle de los Caídos, que si había que volarlo, como los talibanes con los Buda gigantes, que si había que sacar los restos de Franco, que si profanaban tumbas así porque sí sin autorización judicial, un auténtico esperpento para más gloria del Cid Zapatero.

Todo esto se hizo para honrar la memoria del Comandante Rodríguez Lozano, el ya mencionado abuelo del Presidente, pero cuesta pensar que este hombre realmente merezca alguna memoria, ya que si nos retrotrajéramos a un par de años el comienzo del periodo que alberga a esta ley, encontraríamos a un Coronel Rodríguez Lozano que era uno de los oficiales al mando de la represión en Asturias tras la terrible Revolución de 1934, en donde mucha gente murió bajo su orden Con lo cual nos lleva a pensar, ¿merece este hombre el reconocimiento de haber sido citado en todos los medios y ante dirigentes de otras parte de nuestro planeta? ¿Y más aún como un mártir? Parece que si en vez de Rodríguez Zapatero su nieto fuera un desconocido no habría tenido más cita en la historia que un represor cualquiera.

Finalmente, tenemos otro gran caso de Desmemoria Histórica que conviene no olvidar, y fue esa del ex Ministro Bermejo en una cena en homenaje al asesino de Paracuellos, al que hay que respetar como figura de la transición, pero jamás por aquello que hizo durante la contienda, y que no queda duda una vez que Paul Preston, afamado hispanista británico de ideología izquierdista, recoge en una reciente publicación los motivos que llevan a saber que sabía lo que pasaba en Paracuellos, y que aunque no se puede probar que lo ordenó él sí que se puede afirmar que no hizo absolutamente nada para evitarlo. La afirmación del citado ex Ministro era aquella de <> claramente intentando seguir vendiendo la moto de que PP=Franco, pero es dudoso que primero lucharan contra sus padres teniendo en cuenta que su propio padre, al igual que el de Fernández de la Vega, o el de Bono o el de Zerolo eran o bien franquistas o bien miembros orgánicos del régimen.

En conclusión, el Gobierno de Rodríguez Zapatero tuvo un solo objetivo, tal como aseguraba ya en 2007 al poco de abandonar las filas socialistas su ex dirigente Rosa Díez, ganar retroactivamente la Guerra Civil. No importaba ni que la economía se fuera al garete, ni que el paro se disparara a cotas que ya parecían olvidadas, ni que los jóvenes no tengan apenas oportunidades para encontrar empleo o crear empresas propias o que la educación esté bajo mínimos. El único objetivo de Zapatero era luchar contra Franco 30 años después de muerto, y la batalla irónicamente acaba el mismo día que se cumplen 35 años del deceso del Dictador.

JOSE MARÍA AGUIRRE GARCÍA DE LA NOCEDA, COORDINADOR DE EDUCACIÓN Y FORMACIÓN DE NUEVAS GENERACIONES DEL PP DE GIJÓN.

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