Y no es que esta ley sea totalmente mala, ha hecho desaparecer del callejero y de los calles a gente que no debería haber estado. Sin embargo, se deja a muchos que tampoco deberían pero que lucharon en un bando diferente, o que ya durante la república abogaban por el asesinato de los que no pensaban como ellos y caían en ese mismo bando contra el que no se debe actuar sino ensalzar. Esto ha llegado a límites irrisorios, si no directamente patéticos en todo lo que se refiere a aquella obra faraónica que nos dejó el anterior Régimen que es el Valle de los Caídos, que si había que volarlo, como los talibanes con los Buda gigantes, que si había que sacar los restos de Franco, que si profanaban tumbas así porque sí sin autorización judicial, un auténtico esperpento para más gloria del Cid Zapatero.
Todo esto se hizo para honrar la memoria del Comandante Rodríguez Lozano, el ya mencionado abuelo del Presidente, pero cuesta pensar que este hombre realmente merezca alguna memoria, ya que si nos retrotrajéramos a un par de años el comienzo del periodo que alberga a esta ley, encontraríamos a un Coronel Rodríguez Lozano que era uno de los oficiales al mando de la represión en Asturias tras la terrible Revolución de 1934, en donde mucha gente murió bajo su orden Con lo cual nos lleva a pensar, ¿merece este hombre el reconocimiento de haber sido citado en todos los medios y ante dirigentes de otras parte de nuestro planeta? ¿Y más aún como un mártir? Parece que si en vez de Rodríguez Zapatero su nieto fuera un desconocido no habría tenido más cita en la historia que un represor cualquiera.
Finalmente, tenemos otro gran caso de Desmemoria Histórica que conviene no olvidar, y fue esa del ex Ministro Bermejo en una cena en homenaje al asesino de Paracuellos, al que hay que respetar como figura de la transición, pero jamás por aquello que hizo durante la contienda, y que no queda duda una vez que Paul Preston, afamado hispanista británico de ideología izquierdista, recoge en una reciente publicación los motivos que llevan a saber que sabía lo que pasaba en Paracuellos, y que aunque no se puede probar que lo ordenó él sí que se puede afirmar que no hizo absolutamente nada para evitarlo. La afirmación del citado ex Ministro era aquella de <
En conclusión, el Gobierno de Rodríguez Zapatero tuvo un solo objetivo, tal como aseguraba ya en 2007 al poco de abandonar las filas socialistas su ex dirigente Rosa Díez, ganar retroactivamente la Guerra Civil. No importaba ni que la economía se fuera al garete, ni que el paro se disparara a cotas que ya parecían olvidadas, ni que los jóvenes no tengan apenas oportunidades para encontrar empleo o crear empresas propias o que la educación esté bajo mínimos. El único objetivo de Zapatero era luchar contra Franco 30 años después de muerto, y la batalla irónicamente acaba el mismo día que se cumplen 35 años del deceso del Dictador.
JOSE MARÍA AGUIRRE GARCÍA DE LA NOCEDA, COORDINADOR DE EDUCACIÓN Y FORMACIÓN DE NUEVAS GENERACIONES DEL PP DE GIJÓN.
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