La obsesión de Zapatero (I)

Si algo ha caracterizado los siete años y medio que ha gobernado el país este personaje ha sido la constante mención, y también actuación, a los años de la II República y de la Guerra Civil Española. Empezando con la incansable mención a su abuelo muerto en la reyerta, a la elección del día electoral que decidirá quién le sucede al frente del gobierno de la nación, el 20 de Noviembre, día de la muerte del anterior ocupante de la Jefatura del Estado.

El primer tema de los citados que tocaré es el de la República. Desde que Zapatero llegó al gobierno y nos dio “una televisión pública imparcial y para todos” no han dejado de salir reportajes o series en la misma sobre este periodo histórico y su posterior Guerra Civil, a la par que se han financiado cientos de películas del mismo tema. Todos estos documentos están cortados por el mismo patrón, nos muestran una República idílica, de paz, libertad, de derechos, de ideales, en la que aparecen cuatro gatos con malas pulgas (todos ellos de derechas), que lo llevan todo al traste y acaban con este nuevo Edén que era la Segunda República. En la posterior guerra hay un bando bueno y un bando malo, una vez más siguiendo el mismo esquema anterior Republicanos=Izquierda=Buenos=demócratas, contra Nacionales=Derecha=Asesinos=Autoritarios.

Sin embargo, si buscamos en los libros de historia nos encontramos con algo muy distinto a esta imagen que se nos está intentando vender, no sólo ya en el papel de la Guerra donde en ambos bandos había gente buena y gente mala, en ambos bandos se cometieron atrocidades y lucharon hermanos contra hermanos, primos contra primos, amigos contra amigos, cuando se produce algo tan triste como una guerra civil nunca hay ni buenos ni malos, sólo un montón de gente que queda jodida sí o sí. Si no que la misma República es todo un ejemplo de cómo no hacer las cosas, empezando por la creación de una Constitución con muchas buenas intenciones, pero muy sesgada de un lado, conllevando al mismo problema que tenían las del siglo XIX hasta la aprobación de la de 1876, que representaba a una parte de los españoles, pero no a todos. Hasta la obsesión del que fue su Jefe de Estado por más tiempo, Niceto Alcalá-Zamora, presionado por los grupos de izquierdas de evitar a toda costa que el partido más votado en las elecciones de 1934 pudiera ocupar la Presidencia del Gobierno.

También nos encontramos con que en una República que duró poco más de 5 años se produjeron dos intentonas golpistas, llevando la segunda a la Guerra Civil, y una Revolución sangrienta que se cebó con nuestra región, y aún a día de hoy es también un referente para la izquierda asturiana, e ideada por dos próceres socialistas como el asturiano Indalecio Prieto y el sindicalista, y luego Presidente del Gobierno durante la Guerra por el PSOE, Francisco Largo Caballero. También tenemos los asesinatos políticos que se sucedieron durante su existencia ,siendo el más importante, y además detonante del Golpe de Estado que llevó a la Guerra, el asesinato del líder opositor, que no de la oposición como se puede leer por ahí, José Calvo-Sotelo, tío del que sería segundo Presidente del Gobierno de nuestra Democracia, Leopoldo Calvo-Sotelo. Fueron Guardias de Asalto, el cuerpo de élite de la seguridad republicana.

Al finalizar la República, algunos intelectuales nada sospechosos de no ser republicanos, definieron el porqué de su fracaso, así lo hicieron José Ortega y Gasset: <>, Gregorio Marañón: <>, nuestro paisano Ramón Pérez de Ayala: <> e incluso Manuel Azaña: <>.

Ese es el Régimen que admira y promueve Zapatero, un régimen de mediocridad y radicalismos, los mismos que ha usado como ejemplo en su gestión tanto de España como de su Partido, tirando por tierra todo el salto ideológico llevado a cabo por los Felipe, Guerra y compañía en el Congreso que celebraron en Suresnes (Francia) del 11 al 13 de Octubre de 1974.

JOSE MARÍA AGUIRRE GARCÍA DE LA NOCEDA, COORDINADOR DE EDUCACIÓN Y FORMACIÓN DE NUEVAS GENERACIONES DEL PP DE GIJÓN.