Resumen del “procés” catalán
A continuación este artículo mostrará un pequeño resumen de la génesis del llamado proceso
catalán y una prudente reflexión de lo que pasará en el escenario que el autor considera más
probable que se de el próximo 27 de septiembre.
El casus belli esgrimido por buena parte del actual soberanismo parte de la anulación de una
porción del articulado del Estatuto de Autonomía de 2006 y de la interpretación que el Tribunal
Constitucional hace de otra parte debido a los diferentes recursos de inconstitucionalidad
presentados. El catalanismo no independentista por entonces consideraría esto un ataque a las
instituciones catalanas, a la voluntad del su pueblo y la demostración de la deslealtad del estado
hacia la Generalidad. Estos hechos, producidos en 2010, causan un revuelto en parte de la sociedad
catalana que se empieza a movilizar transversalmente el 10 de julio bajo el lema “Som una nació,
nosaltres decidim” donde el expresidente Montilla (PSC) sufre un intento de agresión.
Las elecciones de noviembre de 2010 serían catastróficas para el socialismo catalán que no
pudiendo reeditar el tripartito con sus antiguos socios (ICV y ERC) se ve obligado a dejar el Palacio
de la Generalidad que sería ocupado por Artur Mas (extinta CiU).
Con el soberanismo en alza, el nuevo President decide presentar su legislatura como la decisiva para
que Cataluña obtenga un trato fiscal singular, similar a los conciertos vasco y navarro: El pacto
fiscal.
Ante la pasividad del gobierno de Jose Luis Rodríguez Zapatero y la negativa del nuevo ejecutivo
de Mariano Rajoy, salido de la victoria del Partido Popular en noviembre de 2011, el soberanismo
muestra músculo y genera una multitudinaria manifestación en la Diada de Cataluña de 2012
superando, según fuentes de la organización, el millón y medio de personas.
Tras pedir formalmente un estado propio para Cataluña en Moncloa, el President convoca
elecciones adelantadas para fortalecer su figura y poder liderar políticamente el proceso incipiente.
El resultado fue un chasco: Pese a ganar las elecciones, CiU pierde asientos en el Parlamento
Catalán, viéndose obligado a apuntalar el liderazgo con ERC. Pese a ello, CiU+ERC+CUP (partido
pancatalanista de izquierda anticapitalista) obtienen 74 escaños de 135.
El 2013 se caracterizará por actuaciones políticas: Declaración de soberanía del Parlamento de
Cataluña (declarada de nulo valor legal por el TC), rechazo de las Cortes a promover el “derecho a
decidir” de Cataluña y la constitución del Pacto Nacional por el Derecho a Decidir entre diversas
fuerzas, incluidas el PSC (pese a que lo abandonaría en unos meses).
Ante esa tesitura Artur Mas convocaría para el 9 de noviembre de 2014 una consulta con doble
pregunta que no acabaría de convencer a todos los integrantes del Pacto Nacional por el Derecho a
Decidir.
Se debatió en el Congreso la autorización para permitir la consulta en Cataluña, asunto que fue
rechazado por amplia mayoría. Para muchos sectores del soberanismo esto marca un punto de
inflexión.
El Parlamento catalán promoverá una ley propia de consultas que será aprobada y parcialmente
suspendida por el TC ante la impugnación del gobierno. El 9 de noviembre transcurrió,
oficialmente, sin la implicación de la administración catalana en cuanto a su organización debido a
la sentencia del Tribunal Constitucional que prohibía a la Generalitad la celebración de este. Una
baja participación y una victoria del Si-Si marcan el final del domingo.
La convocatoria de unas nuevas elecciones adelantadas justifica la huida hacia delante de Artur
Mas. Tras meses de discusiones entre las fuerzas soberanistas de ir en una única lista o por separado
y con un único punto: la independencia, el panorama para el próximo 27 de septiembre es este: CiU
se extingue, CdC irá en coalición con ERC y otras formaciones independentistas bajo el nombre de
Junts pel Si, UdC se presentará en solitario como el PP, PSC o C´s. Por otro lado, Podemos e ICV
han formado Catalunya si que es Pot.
¿Qué escenario será el más probable?
Los votantes que se decantaron por el Sí-Sí el 9 de noviembre de 2014 dejan claro que el voto
independentista tiene, por lo menos, en torno a 2 millones de apoyos en la región, si bien es cierto
que la muestra electoral aceptaba a votantes mayores de 16 años y cualquier residente, aunque no
tuviera derecho al sufragio activo en unas elecciones autonómicas convencionales.
El censo electoral catalán supera las 5.500.000 inscritas con derecho a voto. Con un 70% de
participación, una cifra que se asemeja unos pocos puntos al alza de anteriores convocatorias
electorales, serían necesarios 1.925.000 votos para obtener el 50% de las papeletas, por lo tanto la
alta participación no beneficiaría al movimiento independentista.
¿Pero el independentismo quiere iniciar el proceso con el 50%+1 de los votos o con una mayoría
parlamentaria?
Según CdC, ERC y el resto de formaciones que suman la coalición Junts Pel Sí una mayoría
parlamentaria será más que suficiente. La CUP se ha mostrado reacia a aceptar esa interpretación de
la voluntad de los catalanes: Solo apoyarán el “proceso” si hay una mayoría absoluta de votos, no
de escaños. Y es que la ley electoral catalana es la que se previó a nivel estatal para todas las
autonomías, que pueden desarrollar la suya propia, no sucedió así en el caso catalán y nos
encontramos ante un escenario donde un voto en la AMB (área metropolitana de Barcelona) vale
mucho menos que el voto en otras zonas de la región.
Para conseguir 71 diputados (la mayoría absoluta son 68) en 2012 fue necesario el 44,4% de los
votos totales.
Mi pronóstico es que JpS+CUP se podrán mover en una horquilla de 66-72 diputados, siendo su
resultado más bajo para una participación alta, en torno al 74% del censo electoral y su resultado
más alto, superando la mayoría absoluta, para una participación que no supere el 70% del total de
personas llamadas a votar.
En ningún caso probable se produciría una victoria con más del 50% de los votos.
Si este último escenario se cumple, el proceso no tiene ningún tipo de salida. Alguien podría llegar a
pensar que en el hipotético caso en el que se llegase a la mayoría absoluta, las fuerzas soberanistas
tendrían una mínima posibilidad de justificar sus acciones. Es una locura afirmar que, debido a la
negativa de las Cortes, el 27 de septiembre se contarán escaños y no votos. Si para tí son
pebliscitarias, cuenta votos, no escaños.
El común denominador de mi pronóstico es claro: El final del proceso independentista. Que esté
unos meses más dando coletazos o no, dependerá únicamente de la movilización de los catalanes.
JAVIER PICAZO
JAVIER PICAZO
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