martes, 16 de junio de 2015

ABOLICIÓN DE LA ESCLAVITUD.

Dos de las situaciones más terribles para la humanidad puesto que son un atentado directo contra la dignidad humana han sido el totalitarismo y la esclavitud. Fueron únicamente nuestras ideas las que frenaron e intentaron terminar, muchas veces lo consiguieron, con ambas situaciones. En los dos supuestos fue nuestra versión conservadora la que lo logró.

En el tema de la abolición de la esclavitud debemos sentirnos especialmente orgullos, como en muchísimos otros casos, ya que lograron, nuestras ideas, terminar definitivamente con esta institución jurídica (institución jurídica que no existiría si se formase más, incluso en aquella época, en un correcto “iusnaturalismo”) en dos de las mayores potencias de la historia de la humanidad como son el actual Reino Unido y Estados Unidos (en España siempre fue menor la influencia de esta institución, gracias a un fuerte compromiso moral de los gobernantes de estas tierras, previos a Felipe II).

El caso de Estados Unidos es muy conocido al ser el GOP (Partido Republicano, partido conservador del buen conservador Estados Unidos) con Lincoln a la cabeza el que promueve y aprueba la enmienda que termina con una gran anomalía en la propiedad (institución que debe ser protegida) y sin contar con el suficiente respaldo del Partido Demócrata, como todos conocemos, históricamente el progresismo ha sido el mayor defensor de que las personas fueran esclavizadas, especialmente si tienen otro color de piel.


No obstante, debemos centrarnos en el caso de Reino Unido al tener un componente mucho más heroico. En esta nación un grupo muy pequeño de conservadores-cristianos logró con su esfuerzo constante, durante 20 años, poner fin al comercio de personas. La figura principal de este movimiento fue W. Wilberforce, parlamentario conservador por Yorkshire, quien también intentó poner fin al mal entendido multiculturalismo mediante la introducción del cristianismo en la India. 

File:Official medallion of the British Anti-Slavery Society (1795).jpg

En este país (India) existía otra horrible “práctica” que consistía en quemar vivas a las viudas junto al fallecido marido. Es muy interesante la reacción de un comandante en jefe británico (J. Napier) ante los movimientos multiculturales que pretendían justificar la práctica al decir el comandante: “Mi nación también tiene una costumbre: cuando los hombres queman vivas a la mujeres, los ahorcamos. Actuemos cada uno con arreglo a nuestras costumbres nacionales.” Lógicamente la costumbre salvaje pronto dejó el paso libre a las buenas costumbres que deben ser guardadas ya que el Bien siempre triunfa sobre el Mal. Debemos estar muy orgullosos de nuestras buenas ideas.

ALEJANDRO VEGA LÓPEZ.

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