sábado, 26 de enero de 2013

Asturias necesita un rescate político


Después de treinta años de gobiernos socialistas en Asturias, la realidad es que no terminamos con nuestros problemas que han acabado por hacerse crónicos.
Tenemos una sociedad diseñada desde una única opción política, desde la izquierda: desde nuestro sistema productivo y mercado de trabajo hasta nuestra realidad cultural pasando por el sistema penitenciario o el monopolio estatal en la prestación de los servicios públicos esenciales.
El drama es, mal que les pese, que estamos en donde estamos gracias al modelo. Este modelo -socialdemócrata trufado de comunismo-, encima mal gestionado, es el que ha fracasado y nos tiene metidos, a todos, en un auténtico callejón sin salida.
A nadie le extrañará si les digo que ante el fracaso del socialismo, la solución no puede ser aplicar más y más socialismo, que ante el fracaso de este o cualquier modelo lo lógico no puede ser empeñarse en él una, y otra, y otra vez, y así desde hace treinta años.
Lo peor del caso es que los ciudadanos, los hombres y las mujeres de Asturias, parece que en su mayoría se han acostumbrado a ello y soportan, apaciblemente, una realidad de la que nadie parece querer salir.
Y no puede seguir siendo así, a no ser que queramos que nuestros ciudadanos más jóvenes sigan emigrando para no volver, o que nos terminemos transformando en una sociedad de la tercera edad, sólo de la tercera edad.
Asturias tiene que reinventarse en lo político, en lo social, en lo cultural, en su modelo productivo, en su sociedad civil, en sus instituciones.
Unos ya han intentado, con su modelo, que alcanzásemos el paraíso en esta tierra, y estarán de acuerdo conmigo que no lo han conseguido.
Por eso creo que es fundamental que también se reinvente el centro-derecha en Asturias, que se produzca un rescate político que nos devuelva a otros caminos que nos lleven al futuro.
La sociedad de hoy, cambiando continuamente y a velocidad de vértigo, está compuesta por grupos de interés en ocasiones enfrentados, pero todos ellos legítimos. El conocerlos al detalle, desde la máxima proximidad, es requisito fundamental para hacer política. Luego, ser capaces de responder a sus expectativas en la mayor medida posible es la clave del éxito, y no siendo fácil, debe ser el reto.
Algunos expertos empiezan a manejar, también en política, el concepto de «micromanagement» para la gestión de los intereses de los distintos grupos sociales, muchos de ellos minorías, que al sumarse conforman el tejido social, la sociedad en la que todos convivimos.
Michael J. Sandel, profesor de Filosofía de la Universidad de Harvard, en su libro «Justicia», afirma: «La democracia no exige una igualdad perfecta, pero sí exige que los ciudadanos compartan una vida en común, ya que es la forma en la que aprendemos a negociar y a tolerar nuestras diferencias y es la que nos lleva a que nos importe el bien común».
Y entre esos grupos sociales tenemos, urgentemente, que primar al más vivo de todos ellos, a los emprendedores, a los que se quieren arriesgar, a los que son capaces de innovar, de hacer cosas nuevas a costa de su riesgo, que acabarán beneficiando a toda la sociedad. Emprendedores que generarán riqueza y empleo, la mejor forma posible de protección y justicia social.
La generación de empleo debe ser la obsesión única y prioritaria de la sociedad. Al principio, sin duda, de poco en poco. Quizá no haya otra forma si queremos que sea real y sostenible, no hecho desde el «Real Decreto» de este o aquel gobierno, pues estamos viendo que no dura, que es puro artificio.
¿Después de tantos años aún no nos hemos dado cuenta de que los PER, los «Planes E», las empresas públicas, las prejubilaciones de lujo lo único que consiguen es fijar personas no competitivas, en zonas geográficas improductivas y en actividades sin futuro?
Se produce así la discusión entre protección social y productividad/competitividad país, sin querer enterarse de que sólo desde la libertad, desde la innovación, desde el emprendimiento, desde el atrevimiento es sólo desde donde se pueden generar riqueza y empleo.
Por todo ello es por lo que creo que Asturias necesita, urgentemente, un rescate político protagonizado por el centro-derecha.
ENRIQUE FERNÁNDEZ MIRANDA

No hay comentarios:

Publicar un comentario