Recién
salidos de unas elecciones es tiempo de realizar las pertinentes
consideraciones, evaluaciones y, en síntesis, analizar lo ocurrido.
Encabeza este artículo la frase ¡Vamos España!, siendo pertinente
preguntarse cuál es el motivo de esta afirmación. El ahora concluso
periodo electoral catalán, se ha planteado como una lucha entre los
que están a favor de la independencia y los que opinan que no hay
motivos para plantearse ese debate, por lo menos ahora, por lo menos
en Cataluña. Esta afirmación no es gratuita, proviene de la lectura
de los orígenes de la convocatoria de elecciones catalanas. En
ellas, un faraónico Artur Mas, se proponía el ya manido reto de
lograr una declaración formal de independencia y arengaba a los
ciudadanos de su Comunidad Autónoma a votar su proyecto.
Con
esta premisa y punto de partida, dieron origen los sucesos que nos
llevaron a la votación en las urnas y que ya ha concluido.
Obviamente, al carro de dichas aspiraciones nacionalistas se ha
sumado la consabida crítica al PP desde la tímida oposición del
Partido Socialista. ¿Cuál ha sido el resultado? El Partido Popular
ha subido sus votos dentro del territorio Catalán, superando sus
mejores resultados, otros partidos que defienden la nación española
(tales como Ciudadanos) han subido e incluso triplicado sus
resultados en las urnas. Sin embargo, en la otra cara de la moneda,
tanto CIU se ha desplomado como un globo pinchado, como el Partido
Socialista ha ido perdiendo representantes por segunda vez
consecutiva.
Si
tenemos estos datos sobre la mesa, ¿qué análisis debemos hacer de
ellos?. Pues bien, si le permiten a un humilde escritor realizar la
interpretación, esta no puede ser en otro sentido mas allá que
entender que los afanes soberanistas de Mas se han ido por el
excusado, y la posible crítica al Partido Popular y subida del PSOE
no ha llegado e incluso ha golpeado al PSOE castigándolo.
En
una época de crispación y recortes, los primeros en salir a la
palestra a criticarlos son los mayores damnificados por el voto de la
gente, gente que ha acudido más que nunca a decidir qué quiere
hacer con sus destinos políticos. Espero que de esta repentina
inconveniencia electoral, se comience a valorar en el PSOE la
realidad del daño que 8 años de Zapatero han hecho al país, y que
10 meses de Rubalcaba están provocando. No obstante, como el PSOE es
algo de familias, dejemos en positivo el resultado para nuestros
compañeros catalanes y sintámonos orgullosos de la recepción
ciudadana de las políticas de nuestro gobierno.
En
otro orden de cosas, me gustaría hablar de un actor español,
asturiano y para mayor honra, de Gijón. Este gran hombre es Arturo
Fernández, hombre que ha sido nuestra bandera allá por donde ha
pisado un escenario. El otro día, con buen criterio y ante todo
según su opinión, defendió sus ideas políticas en el programa de
Telecinco “El gran debate”. Es curioso dado que ese programa es
el resultado de reducir al absurdo el contenido de la Noria con el
fin de salvar los papeles (y el personal que muestra afinidad) tras
el desastre moral y público de la salida de la madre de “El Cuco”
en antena. Ese hecho, que provocó que a Telecinco se le diera un
rapapolvo indicándole que no todo vale, y que en buena medida se
encargaron de dar las compañías publicitarias (ya que se ve que las
cosas en Telecinco se cambian a mejor según duelan en el bolsillo,
puesto que si objetivamente creían que estaban haciendo un buen
trabajo de investigación imparcial, nunca deberían haberse doblado
a esos recortes) y en mala medida está pagando un supuesto
“instigador” internauta por haber iniciado la campaña.
El
caso es que en el seno de este programa-secuela, se hizo hincapié en
el Trending Topic nacional que fue Arturo Fernández por la broma que
gastó en su momento sobre algunos manifestantes. Es curioso, si
Arturo Fernández ofende por gastar una broma (hasta Jordi se lo
dijo), que no tendría que ser el Gran Wyoming por todas las faltas
de respeto que manifiesta a la gente del PP.
Me
gustaría romper una lanza a favor de Don Arturo, con gran atino
indicó las bonanzas de la mejor etapa de la democracia española, es
decir, el gobierno de Don Jose María Aznar. Y, a su vez, identificó
los cuentos que se pueden ver diariamente en los sindicatos a los
cuales nadie censa en gastos ni en ingresos. Que la libertad de
expresión que tanto piden algunos actores, yendo a insultar al
congreso a los representantes votados por el pueblo, se la den
también a quien no opina como ellos. Un abrazo chatines, que viva
España y de nuevo ahora, más que nunca, el Partido crece y se
impone.
ALEJANDRO
LÓPEZ FERNANDEZ, MILITANTE DE NUEVAS GENERACIONES DEL PARTIDO
POPULAR DE GIJÓN.
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