domingo, 17 de junio de 2012

Socialistas de "candil prestado"

No hay ningún asturiano que no asuma como parte consustancial de sí mismo el paisaje y paisanaje de la minería asturiana, la de esos trabajadores que bajan a lo profundo del pozo, que viven y «malrespiran» su espíritu de polvo, calor y esfuerzo, y de esas familias que esperan y conocen desde generaciones una vida dura y honesta. Como tampoco a ninguno se nos esconde su capacidad de protesta y tesón en la reivindicación.


Corren ahora tiempos duros para la mina, y llevamos unos veinte días de protestas cada vez más virulentas. Nuestros mineros, convencidos de tener razones para ello, paralizan la región día sí, día también, a golpe de piedras, huevos, pintura, neumático quemado y bronca diaria, rompiendo cristales de madrugada y deteniendo hasta los trenes que nos comunican con la Meseta. Luchan por lo suyo, pero no están teniendo en cuenta demasiadas cosas, y corren el riesgo -por no decir que ya lo han hecho-, de perder razón, porque en esta ocasión no son los únicos en sufrir la crisis, y por lo tanto cada vez que realizan una acción de bloqueo alteran con ella la vida cotidiana y el presente y el futuro de miles de ciudadanos que tratan de salir adelante con sus propios problemas, que no son pocos.


Por eso, es el momento y estamos a tiempo de pedir un poco de sosiego, de reflexión sobre determinadas verdades que hay que asumir, y sobre una serie de manipulaciones políticas -en las que los mineros poco tienen que ver- y que conviene desenmascarar. 


Sí, es cierto. Hay ajustes en la minería en los Presupuestos Generales del Estado de 2012. Unos presupuestos, eso sí, que solo estarán vigentes medio año, desde julio hasta diciembre, en que tendremos aprobados unas nuevas cuentas para 2013. 


Sí, es cierto. Lo ha dicho el ministro de Industria, que no esconde ni trata de disimular la realidad. Hay un ajuste de un 39% en la minería -aunque no un 60% como dicen algunos-. Pero esta cifra no se puede valorar sin ponerla en relación con el ajuste medio del ministerio para todos los demás sectores industriales, que es de un 32%. Tampoco se puede valorar sin tener antes en cuenta que para la minería se han dispuesto 688 millones de euros, cantidad que no se ha destinado a ningún otro sector industrial ni energético del país. 


De modo que, es cierto: hay ajustes en el presupuesto del 2012 respecto a años anteriores, y con todo, el minero será el sector industrial que más fondos públicos recibirá del Ministerio de Industria, y lo hará manteniendo intactas partidas como las prejubilaciones, que están garantizadas y para las que se destinan 326 millones de euros.


Dicho lo anterior, parece necesario desenmascarar ciertas actitudes políticas que con candil «prestado» en escaño, pretenden utilizar a la mina y a los mineros como su particular ariete contra el Gobierno. Y me refiero a los senadores y diputados nacionales y regionales socialistas y a sus comunistas socios de gobierno de los últimos años en Asturias, que hoy se rasgan las vestiduras y ayer escondían la cabeza, permitiendo que de la mina se llevaran hasta las vagonetas... como en el resto del país se esquilmó toda su riqueza. Porque por mucho que les moleste que se lo recordemos fueron ellos, el PSOE y su Gobierno, los que nos han dejado en esta dramática situación que hoy obliga al Ejecutivo del Partido Popular a reaccionar.


Y es que no es aceptable, en modo alguno, que quienes hoy presentan enmiendas a los Presupuestos Generales del Estado, solicitando más dinero para el Plan de la Minería, hace un año admitieran sin ninguna crítica y no tuvieran ninguna preocupación ante la rebaja por parte del Gobierno de Zapatero de los 1.078 millones de euros a 688 millones. ¿En 2011 estaba justificado el recorte y ahora, en una situación nacional de quiebra social y económica, no? 


Y en fondos mineros, tampoco es comprensible -y alguien debería explicarlo- que de 2006 a 2011 el anterior Gobierno socialista no transfiriese más de 3.500 millones de euros, de los más de 8.000 millones que se presupuestaban anualmente en el MINETUR para su transferencia al Instituto para la Reestructuración de la Minería del Carbón. El desvió de esos fondos ha provocado el colapso del Instituto y los actuales problemas, debido a que no se dispone de los remanentes de Tesorería que hubieran resuelto los actuales problemas de financiación. 


De hecho, según el Informe de la Sindicatura de Cuentas de Asturias, de las partidas que debían ser ejecutadas por las comunidades autónomas y los ayuntamientos, el año pasado solo se gastó el 38% de los fondos asignados, lo que quiere decir que se dejó sin utilizar, y por lo tanto se perdió, el 62% del presupuesto. A 30 de noviembre de 2011, el Instituto del Carbón tenía pendiente de pago al Principado un total de 429 millones de euros. 


¿Dónde estaban entonces los líderes que hoy acuden al Congreso de los Diputados candil «prestado» en mano? ¿Dónde estaba el entonces Delegado del Gobierno de Zapatero en Asturias y hoy Diputado en Madrid, Antonio Trevín? ¿Dónde los que hoy reclaman a la «derecha» más presión? Y sobre todo ¿por qué intentan ahora mezclar los necesarios y dolorosos ajustes presupuestarios con el horizonte de cierre de la minería? 


Nada tiene que ver el ajuste del presupuesto de este año con que el Partido Popular quiera cerrar las minas. Esta es la gran falacia, la gran falsedad de los socialistas del candil «prestado», que son plenamente conocedores de que ese horizonte de cierre minero previsto para el 2018 ya viene de hace mucho tiempo. De hecho fue firmado por un gobierno socialista allá por 1990 -estamos hablando de la época de Felipe González- y, tras cuatro planes sucesivos, el proceso culminó precisamente en agosto del 2011 -gobernaba Zapatero con su vicepresidente Rubalcaba-, cuando se firmó el plan de cierre de la minería remitido a Bruselas y en el que figura literalmente que «a fecha de 1 de enero de 2019 no iba a quedar abierta ni una sola unidad de producción de minería del carbón que hubiese recibido ayudas». 


En resumen, alguien debería dar explicaciones, respectivamente, de su gestión y de sus silencios, en vez de animar a otros a tirar piedras. Y por cierto, ya que los socialistas no pueden devolver lo que quitaron a los asturianos para dilapidarlo en otros asuntos, que nos devuelvan, al menos, la verdad que nos deben y el candil «prestado». 


LAURA SAMPEDRO, SENADORA DEL PARTIDO POPULAR POR ASTURIAS.

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