Ojeaba el pasado viernes un panfleto sobre socialismo cristiano cuando, advirtiendo la ordenada redacción con la que había sido escrito, me interesé por su autor. ¡Anda, pero si es el famoso ensayo de Hessel!, me dije mientras leía su atractiva portada.
¡Indignaos! Stéphane Hessel. Prólogo de José Luis Sampedro. Un alegato contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica. Mmmm... ¿eso no era de Ghandi? En cualquier caso suena bien. 300.000 jóvenes no pueden estar equivocados, debo hacerme con uno ¡quiero dos!
No transcurren las primeras cuatro líneas del Prólogo cuando leo “bárbara invasión de Irak”. Mmm... socialismo embriagador adornado de bellas palabras, derroches de humanismo que me despreocupan de cualquier futuro incierto, género de géneros. ¿Líbano, Afghanistán, Kosovo? ¿A quién le importa? Estoy borracho de socialismo, no puedo parar de leer.
“¿De verdad estamos en una democracia?”, se preguntan. ¿Ah no? Es más, seguro que no. ¡Viva Cuba libre!
Ya estoy en la página 13 cuando cita a Hessel “El poder del dinero nunca había sido tan grande, insolente, egoísta con todos...” y lo suscribe este humilde Subdirector General del Banco Exterior, senador, jubilado de la Dirección General de Aduanas, Doctor Honoris Causa, Catedrático de la Universidad Complutense y un sinfín de cargos por los que obtiene, a buen seguro, una pensión socialista próxima a la de sus coetáneos.
No termina el azote del liberalismo sin hablar de “las desastrosas acciones emprendidas por Estados Unidos” tras el 11-S. Tampoco sin citar al nazismo, que aunque para mí esté bastante ligado a regímenes faltos de libertad, como el franquista, poco o nada tiene que ver para este maestro de Marroquín, pues no dudó en desertar del ejército republicano para alistarse en el ejército nacional ni tampoco para ocupar puestos representativos en la Administración durante la dictadura española.
Como el caballo de Troya que nunca llega a abrir las puertas; vive tan bien dentro de sus muros... Cuenta con mi apoyo moral, con mi humanismo, con mi rechazo al liberalismo, con mi oposición a esta decadencia moral... aunque... pensándolo bien... mi statu quo podría peligrar. Mejor, hazlo TÚ.
Tras leer el prólogo, llego a la conclusión de que el título no podía ser más acertado. Pasemos a Hessel... aunque... mejor otro día, hoy ya me siento ¡indignado!
DIEGO LANZA, SECRETARIO GENERAL DE NUEVAS GENERACIONES DEL PP DE GIJÓN.
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