domingo, 27 de abril de 2014

Reflexiones sobre Tenneco

Que la dirección de Tenneco decidiera la pasada semana enarbolar la maltrecha bandera de la rendición, guardando en el cajón el expediente de cierre de su planta en Gijón, además de representar un hito sin precedentes en la lucha contra el fenómeno de la deslocalización, ha venido a desatar una euforia fácilmente comprensible. No en vano, han sido ocho meses de tensión acumulada, de pulsos complicados de mantener; como infinitas las reuniones que sus trabajadores han ido celebrando con quienes asumimos algún tipo de responsabilidad política.

Sin embargo, y en plena vorágine de una resaca que aún continua, no viene mal proceder al análisis sosegado sobre un par de cuestiones: la primera, se refiere al porqué y al cómo hemos llegado hasta aquí; es decir, a evitar un cierre unilateral y sin previo aviso. La segunda, mira al futuro. A qué debe hacerse desde la sensatez y la cordura, durante este par de años que la multinacional norteamericana se ha dado de tregua.

Por lo que concierne a la primera cuestión planteada, posiblemente hayan confluido factores varios: de entrada, la existencia de una plantilla unida, valiente; y, por encima de todo, provista de elevadas dosis de habilidad al tiempo de diseñar estrategias y planificar actuaciones. Su comité de empresa nunca perdió los nervios, al menos en público; y en ningún instante recurrió a la violencia como arma negociadora. Entiendo que eran plenamente conscientes que, de haberlo hecho, hubieran perdido no solo el apoyo inquebrantable de los gijoneses, sino también la adhesión de las diferentes instituciones. Poco a poco fueron tejiendo, a base de diálogo y consenso, una especie de telaraña política en la que cada cual ha venido jugando su papel en la consecución del mismo objetivo.

Llegados a este punto, me permito la siguiente reflexión sobre la falta de operatividad de los partidos regionalistas en la resolución de los grandes conflictos como el de Tenneco. Y es que la proyección nacional y europea de una formación política multiplica, sin duda, su capacidad de influencia en los foros mencionados. Pero sigamos con los factores determinantes en la situación actual de Tenneco. Además de su plantilla y del consenso político alcanzado, considero que las presiones de la Union Europea y los últimos acontecimientos en Ucrania han hecho el resto. De nuevo constatamos en qué medida las grandes decisiones comunitarias afectan a nuestra vida diaria.

En cuanto a la segunda cuestión sobre qué hacer a partir de ahora, es obvio que el éxito logrado se debe apuntalar con solidez extrema. No en vano, tanto las relaciones económicas y comerciales como el escenario político mundial están sometidos a fluctuaciones constantes que repercuten, por supuesto, en las maniobras y estrategias de las grandes empresas. Ante ello, posiblemente la tarea que les quede por delante a los trabajadores sea de naturaleza negociadora, de fatigosos tiras y aflojas con vistas a consolidar como definitivo el triunfo alcanzado hace una semana.

ÁNGELES FERNÁNDEZ AHUJA, PRESIDENTA DEL PARTIDO POPULAR DE GIJÓN Y DIPUTADA NACIONAL.

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