Recientemente
me encontraba viendo la versión cinematográfica de “los
Miserables”
un musical basado en la obra literaria de Víctor Hugo. Casi al
principio de la película, un desesperado Jean Valjean, perseguido
por sus crímenes (o mas bien por su condición de criminal), cae
ante las puertas de un convento debido al desprecio social que
provocaba ver que su pasaporte estaba manchado con la deshonra de
vivir en libertad condicional.
Es
en este momento, cuando todo parece perdido (uno de tantos en la
obra), cuando un sacerdote abre las puertas del convento y recoge al
pobre Jean, dándole cobijo y comida. No será la primera vez que
acudiendo a sagrado se salve nuestro personaje, pero no es mi
intención destripar los entramados de la película u obra al lector
de esta entrada. Si que se hace llamativo ver cómo un revolucionario
Victor Hugo, padre o fuente de muchas de las opiniones republicanas y
democráticas, haga tan noble ensalzamiento del papel de la iglesia
frente a la opresión del estado y sus leyes.
Y
paralela a esta reflexión, viene la explicación de su inclusión en
esta entrada.
Hace pocos días, las Juventudes Socialistas, en uno de
tantos ejemplos de “tiki-taka”
político, de esos que parecen sacados de reuniones en las que los
diálogos son: “bueno,
¿Qué hacemos ahora?, porque alguna campaña hay que hacer para
justificar que hacemos algo”,
al más puro estilo de Monty Python, ha dirigido sus críticas contra
la Iglesia Católica. Porque el enemigo no es la religión, ni
tampoco la fe, el enemigo es la Iglesia Católica. Si no conocen muy
bien a qué iglesia me refiero (porque yo tampoco), se trata de una
iglesia privilegiada que recibe de la nada dinero para gastarlo en
caras casas, caros vehículos y, en definitiva, vivir la vida loca al
más puro “Nuevo
Testamento Style”.
Si son lectores del blog, y han llegado aquí para algo más que
sacar una frase que criticar, en estos momentos se estarán llevando
las manos a la cabeza ante una idea tan pobre, ignorante y simple, de
la verdadera perspectiva de la Iglesia Católica.
Desacreditar
al Partido Socialista, a veces, es muy fácil. Por ejemplo, la
primera crítica que se les puede realizar es ¿Por qué ahora es
urgente sacar y dirigir esas críticas contra la Iglesia, y cuando
gobernaban y tenían capacidad de decisión presupuestaria no
realizaron recorte alguno?. Peculiar, llamativo, contradictorio,
paradójico (sigan ustedes con los sinónimos que muchos más habrá)
resulta que justo
ahora
sea el momento de criticar al gobierno por esas aportaciones
económicas y en su día, cuando ellos
gobernaban,
no fuese objeto de problema alguno.
Pero
si este argumento no les parece suficiente, hoy en el blog les
ofrezco un dos por uno, y además de este fuerte punto de crítica
les explicaré a ustedes, los lectores, qué otras cosas hace la
iglesia en tiempos de crisis. La Iglesia Católica es una institución
que realiza una gran obra social en todo el territorio nacional y en
el mundo. Por obra social (aunque esta parte la sabrá bien un
socialista) su función es triple:
1º)
La Iglesia Católica ofrece asistencia moral y espiritual a todas
aquellas personas que así lo soliciten. Desde un consejo para el día
a día, a la correcta aplicación de los distintos pasajes de las
Sagradas Escrituras, pasando por colaboración y apoyo en los
momentos difíciles. Un sacerdote diocesano, o cualquier miembro de
una congregación adscrito a una diócesis, puede ayudar a las
personas que así se lo pidan. Este consejo además está respaldado
por la formación humana y espiritual que reciben estas personas,
formadas en licenciaturas regladas por nuestro Ministerio de
Educación hace ya muchos años, tales como Sagrada Teología,
Derecho Canónico (que al margen del Derecho Positivo existe como
licenciatura), Filosofía, Medicina, Magisterio, etc… Cómo muchos
de los lectores comprenderán, me resulta cómico que se trate de
ignorantes a personas con una formación tal que al menos permita dar
una base a sus opiniones. Porque muchas veces nos quedamos con el
titular, con la escasa visión que los medios dan de la iglesia, y no
nos enfrentamos ante la realidad de asumir que jamás se ha hablado
con un Sacerdote en profundidad.
2º)
En segundo lugar, y quizá como consecuencia derivada de lo
anteriormente descrito, muchas congregaciones religiosas y
movimientos afines a las mismas, poseen centros de estudio y
colegios. En estos centros desde hace muchos años y, ¿por qué no
decirlo?, los albores de nuestro lenguaje y cultura, se viene
formando a personas por estos profesionales. Porque hay que tratarlos
como lo que son, profesionales que se dedican a su oficio y que
durante tantos y tantos años han ayudado a todas las generaciones de
jóvenes a formarse. Actualmente, que tanto gusto hay por lo público,
se debería plantear la verdadera utilidad de dejar de creer en los
famosos “crucifijos en las aulas” en lugar de la verdadera
calidad que se imparte en los centros. Por este motivo, toda ayuda a
la Iglesia es poca, es una ayuda que favorecerá este tipo de
actuaciones y enriquecerá a nuestro Estado. Paralelo a este tipo de
centros educativos, están los centros médicos, en los que se cura a
las personas y se realizan por tanto funciones garantes de muchos de
los Derechos establecidos en nuestra Constitucion.
3º)
Finalmente, aunque quizá sea la mas importante, está la obra
caritativa de la Iglesia. La Iglesia Católica posee muchos centros
donde se da un techo y alimento a las personas más necesitadas.
Ojalá esos esfuerzos inútiles realizados por la “élite política”
de las juventudes socialistas, se invirtiesen en publicitar cada
noticia y comunicado emitido por Cáritas avisando de la escasez de
fondos para atender a tantas personas y familias que así lo
necesitan. Y remarcable es el contenido de la palabra “familia”.
Hogares enteros sin un pedazo de pan que llevarse a la boca, con la
única esperanza de poder renovar su vestuario gracias a la ayuda de
la gente y el reparto que Cáritas y otras organizaciones religiosas
hacen de esa ropa. Que pueden comer,
y
voy a resaltar la palabra en mayúsculas C
O M E R,
gracias a estos centros. ¿Qué clase de Socialismo es este?. Hace
que me plantee exigir verdadera transparencia a estas organizaciones
juveniles, para poder ver los verdaderos destinos de sus fondos y así
(los innecesarios) poder remitirlos a estas asociaciones que tanto
bien hacen a nuestra sociedad.
Finalmente,
está el boato de la Iglesia. Ya saben, esa frase soltada por
verdaderos kamikazes de la ignorancia, que atacan en nuestro país a
cualquier cosa con tal de evitar dar una solución efectiva. Me
refiero a la famosa “Que la Iglesia venda todo y se lo dé a los
pobres”. Perdóneme el sensible, ¿qué clase de imbécil dice algo
así y al día siguiente sigue teniendo voz en un medio público?.
Los bienes de la Iglesia se desacralizaron en su mayoría hace años
con las distintas leyes de patrimonio estatales. Y forman parte del
patrimonio
cultural y artístico del Estado.
En algunos casos, organizaciones cómo la UNESCO, los han catalogado
cómo PATRIMONIO
DE LA HUMANIDAD.
¿A quién le vas a vender eso por piezas?. ¿Privamos a la sociedad
de poder apreciar las bondades de las vidrieras de la Catedral de
León, o del Santo Sudario, o vendemos por piezas la Cruz de la
Victoria?. ¿Es así cómo se define el Socialismo hacia la Cultura y
el Arte?. ¿Sale barato Rodiezmo?.
Con
este breve post, espero que dentro del sinsentido sacado de gente con
acceso a medios públicos (Twitter o Facebook) no afecte a la
inteligencia de cuantos vemos esos disparos de escopeta de feria
lanzados por Juventudes Socialistas. Hoy la iglesia, mañana a ver
qué les dice la bola de Bingo que toca criticar. Sin orientación ni
criterio, bien que les haría falta un poco de Fe en lo que hacen
para no pegar ladridos argumentales desde el miedo al fracaso.
ALEJANDRO LÓPEZ FERNÁNDEZ, MILITANTE DE NUEVAS GENERACIONES DEL PARTIDO POPULAR DE GIJÓN.
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