viernes, 19 de abril de 2013

Escopeta de feria


Recientemente me encontraba viendo la versión cinematográfica de “los Miserables” un musical basado en la obra literaria de Víctor Hugo. Casi al principio de la película, un desesperado Jean Valjean, perseguido por sus crímenes (o mas bien por su condición de criminal), cae ante las puertas de un convento debido al desprecio social que provocaba ver que su pasaporte estaba manchado con la deshonra de vivir en libertad condicional.

Es en este momento, cuando todo parece perdido (uno de tantos en la obra), cuando un sacerdote abre las puertas del convento y recoge al pobre Jean, dándole cobijo y comida. No será la primera vez que acudiendo a sagrado se salve nuestro personaje, pero no es mi intención destripar los entramados de la película u obra al lector de esta entrada. Si que se hace llamativo ver cómo un revolucionario Victor Hugo, padre o fuente de muchas de las opiniones republicanas y democráticas, haga tan noble ensalzamiento del papel de la iglesia frente a la opresión del estado y sus leyes.

Y paralela a esta reflexión, viene la explicación de su inclusión en esta entrada. 

Hace pocos días, las Juventudes Socialistas, en uno de tantos ejemplos de “tiki-taka” político, de esos que parecen sacados de reuniones en las que los diálogos son: “bueno, ¿Qué hacemos ahora?, porque alguna campaña hay que hacer para justificar que hacemos algo”, al más puro estilo de Monty Python, ha dirigido sus críticas contra la Iglesia Católica. Porque el enemigo no es la religión, ni tampoco la fe, el enemigo es la Iglesia Católica. Si no conocen muy bien a qué iglesia me refiero (porque yo tampoco), se trata de una iglesia privilegiada que recibe de la nada dinero para gastarlo en caras casas, caros vehículos y, en definitiva, vivir la vida loca al más puro “Nuevo Testamento Style”. Si son lectores del blog, y han llegado aquí para algo más que sacar una frase que criticar, en estos momentos se estarán llevando las manos a la cabeza ante una idea tan pobre, ignorante y simple, de la verdadera perspectiva de la Iglesia Católica.

Desacreditar al Partido Socialista, a veces, es muy fácil. Por ejemplo, la primera crítica que se les puede realizar es ¿Por qué ahora es urgente sacar y dirigir esas críticas contra la Iglesia, y cuando gobernaban y tenían capacidad de decisión presupuestaria no realizaron recorte alguno?. Peculiar, llamativo, contradictorio, paradójico (sigan ustedes con los sinónimos que muchos más habrá) resulta que justo ahora sea el momento de criticar al gobierno por esas aportaciones económicas y en su día, cuando ellos gobernaban, no fuese objeto de problema alguno.

Pero si este argumento no les parece suficiente, hoy en el blog les ofrezco un dos por uno, y además de este fuerte punto de crítica les explicaré a ustedes, los lectores, qué otras cosas hace la iglesia en tiempos de crisis. La Iglesia Católica es una institución que realiza una gran obra social en todo el territorio nacional y en el mundo. Por obra social (aunque esta parte la sabrá bien un socialista) su función es triple:

1º) La Iglesia Católica ofrece asistencia moral y espiritual a todas aquellas personas que así lo soliciten. Desde un consejo para el día a día, a la correcta aplicación de los distintos pasajes de las Sagradas Escrituras, pasando por colaboración y apoyo en los momentos difíciles. Un sacerdote diocesano, o cualquier miembro de una congregación adscrito a una diócesis, puede ayudar a las personas que así se lo pidan. Este consejo además está respaldado por la formación humana y espiritual que reciben estas personas, formadas en licenciaturas regladas por nuestro Ministerio de Educación hace ya muchos años, tales como Sagrada Teología, Derecho Canónico (que al margen del Derecho Positivo existe como licenciatura), Filosofía, Medicina, Magisterio, etc… Cómo muchos de los lectores comprenderán, me resulta cómico que se trate de ignorantes a personas con una formación tal que al menos permita dar una base a sus opiniones. Porque muchas veces nos quedamos con el titular, con la escasa visión que los medios dan de la iglesia, y no nos enfrentamos ante la realidad de asumir que jamás se ha hablado con un Sacerdote en profundidad.

2º) En segundo lugar, y quizá como consecuencia derivada de lo anteriormente descrito, muchas congregaciones religiosas y movimientos afines a las mismas, poseen centros de estudio y colegios. En estos centros desde hace muchos años y, ¿por qué no decirlo?, los albores de nuestro lenguaje y cultura, se viene formando a personas por estos profesionales. Porque hay que tratarlos como lo que son, profesionales que se dedican a su oficio y que durante tantos y tantos años han ayudado a todas las generaciones de jóvenes a formarse. Actualmente, que tanto gusto hay por lo público, se debería plantear la verdadera utilidad de dejar de creer en los famosos “crucifijos en las aulas” en lugar de la verdadera calidad que se imparte en los centros. Por este motivo, toda ayuda a la Iglesia es poca, es una ayuda que favorecerá este tipo de actuaciones y enriquecerá a nuestro Estado. Paralelo a este tipo de centros educativos, están los centros médicos, en los que se cura a las personas y se realizan por tanto funciones garantes de muchos de los Derechos establecidos en nuestra Constitucion.

3º) Finalmente, aunque quizá sea la mas importante, está la obra caritativa de la Iglesia. La Iglesia Católica posee muchos centros donde se da un techo y alimento a las personas más necesitadas. Ojalá esos esfuerzos inútiles realizados por la “élite política” de las juventudes socialistas, se invirtiesen en publicitar cada noticia y comunicado emitido por Cáritas avisando de la escasez de fondos para atender a tantas personas y familias que así lo necesitan. Y remarcable es el contenido de la palabra “familia”. Hogares enteros sin un pedazo de pan que llevarse a la boca, con la única esperanza de poder renovar su vestuario gracias a la ayuda de la gente y el reparto que Cáritas y otras organizaciones religiosas hacen de esa ropa. Que pueden comer, y voy a resaltar la palabra en mayúsculas C O M E R, gracias a estos centros. ¿Qué clase de Socialismo es este?. Hace que me plantee exigir verdadera transparencia a estas organizaciones juveniles, para poder ver los verdaderos destinos de sus fondos y así (los innecesarios) poder remitirlos a estas asociaciones que tanto bien hacen a nuestra sociedad.

Finalmente, está el boato de la Iglesia. Ya saben, esa frase soltada por verdaderos kamikazes de la ignorancia, que atacan en nuestro país a cualquier cosa con tal de evitar dar una solución efectiva. Me refiero a la famosa “Que la Iglesia venda todo y se lo dé a los pobres”. Perdóneme el sensible, ¿qué clase de imbécil dice algo así y al día siguiente sigue teniendo voz en un medio público?. Los bienes de la Iglesia se desacralizaron en su mayoría hace años con las distintas leyes de patrimonio estatales. Y forman parte del patrimonio cultural y artístico del Estado. En algunos casos, organizaciones cómo la UNESCO, los han catalogado cómo PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD. ¿A quién le vas a vender eso por piezas?. ¿Privamos a la sociedad de poder apreciar las bondades de las vidrieras de la Catedral de León, o del Santo Sudario, o vendemos por piezas la Cruz de la Victoria?. ¿Es así cómo se define el Socialismo hacia la Cultura y el Arte?. ¿Sale barato Rodiezmo?.

Con este breve post, espero que dentro del sinsentido sacado de gente con acceso a medios públicos (Twitter o Facebook) no afecte a la inteligencia de cuantos vemos esos disparos de escopeta de feria lanzados por Juventudes Socialistas. Hoy la iglesia, mañana a ver qué les dice la bola de Bingo que toca criticar. Sin orientación ni criterio, bien que les haría falta un poco de Fe en lo que hacen para no pegar ladridos argumentales desde el miedo al fracaso.

ALEJANDRO LÓPEZ FERNÁNDEZ, MILITANTE DE NUEVAS GENERACIONES DEL PARTIDO POPULAR DE GIJÓN.

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