Alberto Núñez Feijóo
acaso sea el único cargo público de quien cabe asegurar con certeza que
nunca ha estado implicado en manejos de contrabando alguno. Y ello por
una obviedad en la que nadie parece haber reparado todavía. A saber, que
ningún político profesional resulta ser tan estúpido como para
prestarse a posar en un reportaje fotográfico junto a un tipo al que
supiese implicado en tráficos ilegales. Quien vive de la imagen, como
siempre el político, no olvida la importancia que una sola puede
alcanzar para construir o destruir carreras. Nunca. Por eso, aquí y en
Lima, cuando un alto cargo institucional ansía hacer negocios con
quinquis procura citarlos en una carretera secundaria o en alguna
recoleta gasolinera de autopista. Lejos, bien lejos de bañistas
curiosos, cremas bronceadoras y flashes indiscretos.
Cualquier periódico serio habría reparado en las fechas antes de apelar en primera plana a "la vieja amistad de Feijóo con un narco". Pero El País
no tiene ningún reparo moral en manejar a su antojo la máquina del
tiempo si con ello consigue un titular. A fin de cuentas, qué importa si
Dorado ni era narco, ni había sido juzgado ni condenado por
delito ninguno cuando las fotos de marras. Que la verdad no te estropee
una buena portada. Es el lema universal de la prensa basura. Fue el
norte y guía de aquel infecto tabloide de Murdoch que con exquisito
bochorno deontológico denunciara en su día Soledad Gallego Díaz, la
defensora de la viga en el ojo ajeno.
Y ahora es la máxima de los intrépidos reporteros del diario global. Que
Dorado era "muy conocido", dicen, "como uno de los jefes del
contrabando" a principios de los noventa. Y si era tan conocido, ¿por
qué El País nunca accedió a denunciarlo en sus páginas? ¿O es
que eran amigos? Aunque, aquí, siempre hay alguien presto a bajar un
poco más el listón cuando de calumniar al prójimo se trata. Así, el
genuino Pachi Nadie, ese Vázquez que regenta el PSOE gallego, llegó a
deponer en 2011: "Feijóo y el narcotráfico andan ahí-ahí". Pero Pachi,
que andaba muy ocupado, no encontró tiempo para acudir al juzgado de
guardia. Bullshit, que dicen los anglos. Shit, sobre todo shit.
JOSÉ GARCÍA DOMÍNGUEZ, LIBERTAD DIGITAL
No hay comentarios:
Publicar un comentario