lunes, 24 de diciembre de 2012

Amnistías fiscales y descargas ilegales.


Hoy abrimos la puerta, en esta tribuna de opinión, para comentar una cosa que me parece bastante llamativa. Recientemente he podido leer en varios periódicos de tirada nacional, así como ver, en un programa-documental que parecía un “poco” dirigido hacia respaldar una tesis mas que a mostrar una realidad, críticas a las actuales medidas para la amnistía fiscal.

Quizá sea prudente comenzar explicando (de forma escueta y quizá algo tosca, discúlpenme los perfeccionistas) lo que se puede entender como una amnistía. Por amnistía entendemos aquel momento en el cual a una serie de personas que han cometido una infracción sancionada de cualquier manera (generalmente multa administrativa o pena delictiva) se ven favorecidos por un “perdón” a esas conductas infractoras de nuestro Ordenamiento Jurídico y nuestras normas. Es decir, que la autoridad pública, realiza una relajación de la normativa concreta que sancionaba esas conductas y lo hace con carácter retroactivo, beneficiando a quienes sin aún haber sido condenados o habiéndolo sido, se libran de cumplir la sanción.

Podríamos entrar a despiezar mas esta definición, compararla con otras figuras como el indulto, o realizar alguna que otra comparativa histórica o internacional con la legislación de otros países. Por ejemplo, cuando se produjo la condonación de miles de millones debidos a Hacienda a los clubs de primera división, endeudados hasta la saciedad en los años 80, si se reconvertían en Sociedades Anónimas Deportivas. Pero el caso es centrarnos en las actuales medidas del gobierno para poder reactivar la economía y en el curioso argumentario de los detractores de estas.

Nuestro gobierno ha ofrecido recientemente una amnistía fiscal. Esto sería referido a las rentas y patrimonios que se encuentran en el extranjero en los llamados “paraísos fiscales” y que pueden beneficiarse de la misma si traen su dinero a España. ¿Cuál es el resultado de esta medida?, pues bien, donde anteriormente deberían pagar una deuda por los patrimonios no declarados y a su vez una sanción por no haberlo hecho, estas se reducen. Por otro lado, ¿cuáles son los beneficios?, pues desde una mayor aportación a nuestra economía, una mayor transparencia fiscal de las personas que residen en nuestro país oficializando sus datos, una posible inversión de esas rentas en nuestro malogrado sector financiero, o una reconversión de esos patrimonios y capitales en inversiones a medio y largo plazo (por ejemplo la compra de inmuebles o terrenos, o la compra de acciones, o mil oportunidades mas).

Unida a esta amnistía fiscal, no hay que olvidar que la sanción se cumple aunque en menor cuantía y que además el gobierno ha establecido una batería de medidas para prevenir el blanqueo de capitales. Nuestro gobierno no solo no está persiguiendo al defraudador, sino que está atacando las raíces del fraude en nuestro país, limitando los pagos en metálico, buscando una mayor claridad en las cantidades declaradas y demás.

Por favor, no se dejen engañar por los comentarios panfletistas (si es que existe la palabra, y perdónenme por ponerla sin conocimiento de causa) tales cómo: “a los ricos les perdonan y a los pobres les abandonan”. Nada mas lejos de la realidad, esas personas con patrimonios grandes se han visto favorecidas por múltiples lagunas y escondites de nuestro sistema mercantil y fiscal. Generalmente esos patrimonios en el extranjero han salido de España limpiamente, favorecidos por algún pero de la Ley.

Y es aquí cuando me llama la atención lo que he visto hace poco en el programa Salvados en la televisión. 
El presentador hizo un alegato bastante gracioso sobre la falta de moralidad que representa el no tener responsabilidad con el país y llevarse los patrimonios al extranjero. Por un lado, entrevistó a “ricos”, fue a Francia a informarse para ver cómo las altas rentas habían pedido mas impuestos, fue a los autónomos, a inspectores de hacienda, para mostrar qué mal está lo que se estaba haciendo en nuestro país.

Y digo que todo esto es curioso porque el mismo presentador hizo en su día un programa sobre las descargas ilegales. Si no recuerdo mal, se centraba en la Ley Sinde, y hablaba de cómo el gobierno pese a esa ley no podía actuar debido a los mismos escondites que hay en las normas para condenar a quienes descargasen ilegalmente. A mí esta doble moral me parece deleznable. Por un lado, el que tiene dinero suficiente para poder tener un buen gabinete jurídico y fiscal es censurado por esquivar la Ley para sacar el patrimonio. Ahora bien, los que en flagrante incumplimiento de la propiedad intelectual descargan películas y canciones sin pagar un duro, son los héroes de nuestra sociedad, pese a que lo estén haciendo esquivando la Ley de la misma manera.

Es en este momento cuando me gustaría romper una lanza tardía a favor de los autores. La propiedad intelectual es un beneficio a una persona por su creatividad, originalidad, capacidad de descubrir en las artes o las ciencias (sin entrar en propiedad industrial que eso ya es otra cosa que igualmente me preocupa) y que por ello se beneficia de su esfuerzo y trabajo. Me parece deleznable que se vea como héroes a quienes se dedican a descargar y abusar de todo ese esfuerzo. Me parece increíble que quede “moralmente” bien este tipo de conductas y, sin embargo, todos a una se critiquen las otras. Este país siempre será blanco o negro, frio o calor y, como siempre, tendremos estas dicotomías sin sentido que demuestran poca o ligera coherencia.

Finalmente, indicar que las medidas del gobierno han permitido que nuestra economía pueda avanzar, han perseguido a quien defrauda y le han entendido. Porque los medios de los que disponemos son los que son, y adaptarse a los medios que tenemos y ofrecer soluciones útiles pese a que supongan renuncias, es pensar con sentido.

ALEJANDRO LÓPEZ FERNÁNDEZ, MILITANTE DE NUEVAS GENERACIONES DEL PARTIDO POPULAR DE GIJÓN.

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