Hoy
abrimos la puerta, en esta tribuna de opinión, para comentar una
cosa que me parece bastante llamativa. Recientemente he podido leer
en varios periódicos de tirada nacional, así como ver, en un
programa-documental que parecía un “poco” dirigido hacia
respaldar una tesis mas que a mostrar una realidad, críticas a las
actuales medidas para la amnistía fiscal.
Quizá
sea prudente comenzar explicando (de forma escueta y quizá algo
tosca, discúlpenme los perfeccionistas) lo que se puede entender
como una amnistía. Por amnistía entendemos aquel momento en el cual
a una serie de personas que han cometido una infracción sancionada
de cualquier manera (generalmente multa administrativa o pena
delictiva) se ven favorecidos por un “perdón” a esas conductas
infractoras de nuestro Ordenamiento Jurídico y nuestras normas. Es
decir, que la autoridad pública, realiza una relajación de la
normativa concreta que sancionaba esas conductas y lo hace con
carácter retroactivo, beneficiando a quienes sin aún haber sido
condenados o habiéndolo sido, se libran de cumplir la sanción.
Podríamos
entrar a despiezar mas esta definición, compararla con otras figuras
como el indulto, o realizar alguna que otra comparativa histórica o
internacional con la legislación de otros países. Por ejemplo,
cuando se produjo la condonación de miles de millones debidos a
Hacienda a los clubs de primera división, endeudados hasta la
saciedad en los años 80, si se reconvertían en Sociedades Anónimas
Deportivas. Pero el caso es centrarnos en las actuales medidas del
gobierno para poder reactivar la economía y en el curioso
argumentario de los detractores de estas.
Nuestro
gobierno ha ofrecido recientemente una amnistía fiscal. Esto sería
referido a las rentas y patrimonios que se encuentran en el
extranjero en los llamados “paraísos fiscales” y que pueden
beneficiarse de la misma si traen su dinero a España. ¿Cuál es el
resultado de esta medida?, pues bien, donde anteriormente deberían
pagar una deuda por los patrimonios no declarados y a su vez una
sanción por no haberlo hecho, estas se
reducen. Por otro lado, ¿cuáles
son los beneficios?, pues desde una mayor aportación a nuestra
economía, una mayor transparencia fiscal de las personas que residen
en nuestro país oficializando sus datos, una posible inversión de
esas rentas en nuestro malogrado sector financiero, o una
reconversión de esos patrimonios y capitales en inversiones a medio
y largo plazo (por ejemplo la compra de inmuebles o terrenos, o la
compra de acciones, o mil oportunidades mas).
Unida
a esta amnistía fiscal, no hay que olvidar que la sanción se cumple
aunque en menor cuantía y que además el gobierno ha establecido una
batería de medidas para prevenir el blanqueo
de capitales. Nuestro gobierno no solo
no está persiguiendo al defraudador, sino que está atacando
las raíces del fraude en nuestro
país, limitando los pagos en metálico, buscando una mayor claridad
en las cantidades declaradas y demás.
Por
favor, no se dejen engañar por los comentarios panfletistas (si es
que existe la palabra, y perdónenme por ponerla sin conocimiento de
causa) tales cómo: “a los ricos les perdonan y a los pobres les
abandonan”. Nada mas lejos de la realidad, esas personas con
patrimonios grandes se han visto favorecidas por múltiples lagunas y
escondites de nuestro sistema mercantil y fiscal. Generalmente esos
patrimonios en el extranjero han salido de España limpiamente,
favorecidos por algún pero de la Ley.
Y
es aquí cuando me llama la atención lo que he visto hace poco en el
programa Salvados
en la televisión.
El presentador hizo un alegato bastante gracioso
sobre la falta de moralidad que representa el no tener
responsabilidad con el país y llevarse los patrimonios al
extranjero. Por un lado, entrevistó a “ricos”, fue a Francia a
informarse para ver cómo las altas rentas habían pedido mas
impuestos, fue a los autónomos, a inspectores de hacienda, para
mostrar qué mal está lo que se estaba haciendo en nuestro país.
Y
digo que todo esto es curioso porque el mismo presentador hizo en su
día un programa sobre las descargas ilegales. Si no recuerdo mal, se
centraba en la Ley Sinde, y hablaba de cómo el gobierno pese
a esa ley no podía actuar debido a los mismos escondites que hay en
las normas para condenar a quienes
descargasen ilegalmente. A mí esta doble moral me parece deleznable.
Por un lado, el que tiene dinero suficiente para poder tener un buen
gabinete jurídico y fiscal es censurado por esquivar la Ley para
sacar el patrimonio. Ahora bien, los que en flagrante incumplimiento
de la propiedad intelectual descargan películas y canciones sin
pagar un duro, son los héroes de nuestra sociedad, pese a que lo
estén haciendo esquivando la Ley de la misma manera.
Es
en este momento cuando me gustaría romper una lanza tardía a favor
de los autores. La propiedad intelectual es un beneficio a una
persona por su creatividad, originalidad, capacidad de descubrir en
las artes o las ciencias (sin entrar en propiedad industrial que eso
ya es otra cosa que igualmente me preocupa) y que por ello se
beneficia de su esfuerzo y trabajo. Me parece deleznable que se vea
como héroes a quienes se dedican a descargar y abusar de todo ese
esfuerzo. Me parece increíble que quede “moralmente” bien este
tipo de conductas y, sin embargo, todos a una se critiquen las otras.
Este país siempre será blanco o negro, frio o calor y, como
siempre, tendremos estas dicotomías sin sentido que demuestran poca
o ligera coherencia.
Finalmente,
indicar que las medidas del gobierno han permitido que nuestra
economía pueda avanzar, han perseguido a quien defrauda y le han
entendido. Porque los medios de los que disponemos son los que son, y
adaptarse a los medios que tenemos y ofrecer soluciones útiles
pese a que supongan renuncias, es pensar con sentido.
ALEJANDRO
LÓPEZ FERNÁNDEZ, MILITANTE DE NUEVAS GENERACIONES DEL PARTIDO
POPULAR DE GIJÓN.
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