domingo, 1 de julio de 2012

¿Dónde estaban los airados defensores del carbón?

En estas últimas semanas estamos padeciendo las airadas actuaciones de los que se arrogan la defensa de la minería del carbón, sometiéndonos a cortes de carreteras, de vías ferroviarias, encierros, acampadas, interrupciones en plenos del Senado, ataques a fuerzas de seguridad y ataques a sedes y militantes del PP. A algunos que hemos participado de los avatares que desde la década de los ochenta se han producido en el sector desde las distintas responsabilidades políticas que hemos desarrollado en defensa del carbón (entre otras doce años de secretario general del PP, 24 años como diputado en la Junta y tres años de vicepresidente del Gobierno del Principado entre 1995-1998, cuando se negoció y aprobó el I Plan de la Minería), no deja de sorprendernos la desmemoria, la desvergüenza y el descaro (las tres "d" de los demagogos) con que están actuando los dirigentes de las izquierdas en el Principado, como si las responsabilidades que tuvieron hasta hace apenas seis meses no fuesen con ellos y pretendiesen que los demás callásemos ante actitudes que aplican varas de medir tan diferentes según gobierne PP o PSOE.


Porque cuando hablo de desmemoria, desvergüenza y descaro de los dirigentes de las izquierdas y demás acólitos, lo hago por quienes ahora se declaran radicales defensores de la minería del carbón y, además, justifican con su silencio los vandálicos actos que, en general, se están cometiendo; critican, insultan y fomentan los ataques al gobierno del PP, a sus sedes y militantes, y ni siquiera los condenan en sus múltiples declaraciones. Estas izquierdas asturianas tiene nombres y apellidos: PSOE, IU, UGT y CC OO. 


Resulta muy complicado de explicar cómo dirigentes de estos partidos, o miembros de los máximos órganos de los sindicatos asturianos, intercambian puestos como diputados al Congreso o senadores, diputados autonómicos, alcaldes y concejales o miembros de las ejecutivas en sus partidos con los de las ejecutivas de los sindicatos, cuando no simultanean las dos; parece que con absoluta impunidad sobre las consecuencias de lo que hacen en una u otra organización. Y hasta ahí podíamos llegar.


La situación en la que se encuentra la minería del carbón no surge de repente en 2012. Tiene una serie de hitos que se han producido a lo largo de las dos últimas décadas; y como algunos todavía tenemos memoria y archivos, los que ahora tanto vociferan airados y pretenden hacer olvidar su pasado deberían explicar a la sociedad asturiana dónde estaban en esos años, dónde presentaban sus enmiendas a los Presupuestos, dónde defendieron sus iniciativas con lámparas o sin ellas, dónde hacían las barricadas, cuándo denunciaron ante sus "compañeros" y con qué medidas de presión los incumplimientos de los planes de la minería; o si cuando visitaban las sedes de sus partidos era para manifestarse por la dejadez de sus gobiernos con la minería, o era para colocarse en alguna lista electoral. Deberían explicarnos qué hicieron en estos últimos años cuando:


1. Los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2011 dotaron al Minetur de 1.078 millones de euros para transferir al Instituto del Carbón para cumplir, en teoría, los compromisos del Plan de la Minería 2006-2012. Esta partida supuso el primer recorte nominal de unos 300 millones (-20%) respecto a las dotaciones de años anteriores, que contemplaban una media de 1.400. Fue justificada por el Gobierno socialista del Sr. Zapatero por las necesidades de reducción del déficit. 


2. Por si el recorte inicial en los PGE de 2011 no les supuso ninguna preocupación a nuestras izquierdas, en marzo de 2011 nuevamente el Gobierno socialista del Sr. Zapatero decidió dar un tajo de 15.000 millones a los PGE para cumplir con las exigencias de la UE ante el precipicio a que conducía a nuestra economía. A los fondos mineros les supuso otro segundo recorte de 390 millones (-36%) que dejaron las partidas para transferir al Instituto en 688 millones (en 2012 son 656). 


3. Tampoco alarmó -y menos en el último trimestre de 2011, en plena campaña a las elecciones generales- el que la partida destinada a las ayudas a la explotación de las empresas mineras, que inicialmente no se habían reducido en los dos primeros recortes y tenían una dotación de 309 millones, se pagasen con retraso, llegando el anterior Gobierno socialista a dejar sin abonar el último cuatrimestre, es decir, dejando sin pagar 78 millones y cargándolo al presupuesto prorrogado de 2012, lo que distorsionó las previsiones de gasto en este año. Este incumplimiento es el origen del actual problema con las empresas carboneras, y los sindicatos saben quiénes fueron «los que la armaron».


4. Parece que algunos no mostraban muchas preocupaciones presupuestarias desde hacía años por el carbón y no se quisieron enterar de que a partir del año 2006 el Gobierno socialista del Sr. Zapatero presupuestaba, pero no ejecutaba, las partidas que teóricamente daban cumplimiento a los compromisos del II Plan de la Minería 2006-2012. De los más de 8.000 millones de euros que se presupuestaron entre 2006 y 2011 en el Minetur para transferir al Instituto del Carbón, se desviaron más de 3.500 millones, lo que lo llevó al colapso económico sólo camuflado a base de «comerse» los remanentes del I Plan provocados por la desoladora gestión de los últimos años.


5. En el tercer trimestre de 2009 se publicó en el BOE la «Memoria 2008 del Instituto del Carbón», donde «por primera y única vez» se reconocía que no se habían transferido los fondos presupuestados en el Minetur debido a la bajísima ejecución presupuestaria y la existencia de enormes remanentes. Las denuncias realizadas por el PP sobre los riesgos que suponía este fraude, tanto en prensa como en la Junta General, Congreso y Senado, no consiguieron despertar de su anestesia las preocupaciones de nuestras izquierdas por la situación.


6. El I Plan (1998-2005) estimaba una plantilla a 1 de enero de 2006 de 17.500 trabajadores y una producción de 13 millones de toneladas de carbón. Si los compromisos de producción prácticamente se cumplieron con 12,1 millones de toneladas, los de plantilla no lo hicieron ni de lejos: 8.500 empleos netos con cerca de 9.000 puestos extra perdidos sobre las previsiones, eso sí, con muchísimos más prejubilados de los acordados. Sorprende que quienes hoy defienden con tanto ahínco el empleo en el sector no sólo no contemplaron en la firma con el Gobierno del PSOE del II Plan (2006-2012) exigir la recuperación del empleo perdido, sino que hoy, con menos de 4.200 mineros, lo único que se sigue incrementando son las prejubilaciones previstas. Tampoco recuerdo en estos últimos años reivindicación al Gobierno Zapatero o protestas ante las sedes del PSOE por esta espectacular pérdida de empleo; ni siquiera en Rodiezmo, y eso que en la fiesta «tendrían huevos» para lanzar. Pero más sorprende todavía que con la «tradición minera» de la que presumimos en Asturias, prejubilemos a mineros españoles con 42 años, mientras «importamos» a cientos de polacos y checos a través de subcontratas para que nos arranquen el carbón, algo muy difícil de explicar e imposible de entender por quienes presumen de la defensa del sector. ¿Mantenemos el empleo de nuestros mineros o producimos prejubilados?


7. En septiembre de 2009, en Rodiezmo, Zapatero se comprometió ante los máximos dirigentes del SOMA y del PSOE a defender durante su turno de presidente del Consejo de la UE en el primer semestre de 2010 la pervivencia del carbón más allá de 2020 en la nueva normativa que se aprobara. No sólo no se contempló en la agenda, sino que para más escarnio fue presentada en el segundo semestre la propuesta de la Comisión por el comisario de la Competencia, el también socialista Sr. Almunia, con una propuesta de cierre para toda la minería subvencionada en 2014. Por cierto, el PP consiguió introducir enmiendas en el Parlamento europeo y peso político en otros ámbitos para alargar el cierre a 2018, contando con los apoyos -todo hay que decirlo- del Grupo Socialista Europeo y la oposición de IU-Los Verdes. 


8. Aprobada la Decisión 787/2010, que obliga al cierre de toda la minería de carbón que reciba subvención en 2018, las izquierdas dicen interpretar ahora que podría no ser definitivo para este año. Pero callaron cuando el Sr. Zapatero envió el plan de cierre a cada empresa en mayo de 2011. Después de tantos embustes, interesaba no darle importancia, sobre todo, en vísperas de unas elecciones generales.


9. Disparatados retrasos en la ejecución de las infraestructuras que se empezaron a detectar en 2004, desidia de la mayor parte de ayuntamientos y Principado en la ejecución de polígonos industriales, elección de proyectos inasumibles por las administraciones, fraudes de empresas, sobrecostes, desencuentros?, todo ello denunciado reiteradamente por el PP, fueron sistemáticamente amortiguados por nuestras izquierdas y, vista la virulencia con la que ahora actúan, resulta difícil de entender que existan varas de medir tan diferentes. No se conoce una sola movilización porque no se firmase un solo convenio de infraestructuras con cargo a las anualidades de 2009, 2010 y 2011 con los gobiernos del PSOE (más de 1.200 millones de euros) de quienes ahora los exigen al PP en la actual situación económica.


10. Resulta paradójico que se olvide que cuando el PP aprobó el I Plan, en 1997, el objetivo fundamental era encauzar importantes recursos extraordinarios para buscar alternativas al cierre inminente de la minería por la falta de competitividad de nuestro carbón frente al de importación y generar condiciones económicas y empleo alternativo al sector. Quince años después, tras más de 11.000 millones de euros de apoyo neto al sector, los hoy airados defensores del carbón no presentan balances de reducción de costes que hayan hecho que algunas explotaciones puedan sobrevivir por haber mejorado su competitividad. ¿No es cierto que la tonelada de carbón nacional está subvencionada en unos 80 euros a las empresas mineras, sin contar con la subvención indirecta de la «deuda tarifaria de las eléctricas»? 


Si buscan a quienes con su gestión, su descontrol, sus silencios cómplices, desaprovecharon las oportunidades de defender el carbón, los planes, la diversificación, la ejecución de infraestructuras en el momento preciso o una formación adecuada, los verán ahora en nuestras airadas izquierdas movilizadas. Pregúntenles dónde estuvieron en estos años.


RAMÓN GARCÍA CAÑAL

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