viernes, 24 de febrero de 2012

Las políticas sociales de Rajoy descolocan a Rubalcaba

Como el PP siga avanzando con tanta soltura por la florida senda de las políticas sociales, a Rubalcaba se le achicará tanto el espacio que o bien se pasa directamente a las barricadas de Cayo Lara o se hace del Hare Krishna, que son unos virtuosos del bombo y el platillo. En apenas sesenta días, Mariano Rajoy ha subido los impuestos de forma progresiva, ha bajado los sueldos de los banqueros y ha limitado los de los altos cargos de la Administración, ha lanzado un plan para evitar los desahucios y ha abierto el grifo bancario para que los autónomos y las pymes puedan cobrar las facturas atrasadas.

No es extraño que los dirigentes del PSOE estén más perdidos que un etarra en el Día del Padre y que se abracen a cualquier farola o excusa para hacer oposición, como ponerse al lado de los "borrokos" de Valencia y en contra de la Policía. Es tal el despiste que se traen que ni siquiera se han percatado de que el "enemigo" director policial fue nombrado por el propio Rubalcaba como cargo de cofianza. Ciertamente, es muy difícil asimilar que el PP haya hecho en siete semanas lo que el PSOE no fue capaz de hacer en siete años, pero eso no es excusa para hacer el ridículo o para jugar a batallitas de adolescentes radicales.

La actitud cómplice y demagógica de Leire Pajín, Elena Valenciano y Soraya Rodríguez con los alborotadores de Valencia y Madrid revela el profundo deterioro de un partido que no ha sacado todavía las conclusiones adecuadas de su histórica derrota electoral. Si once millones de votantes le han otorgado al PP la mayoría absoluta no es para que las cosas sigan igual que con los socialistas, sino para que sea un revulsivo y ponga el país a trabajar, para que tapone la sangría incesante del paro y opere con la firmeza del cirujano.

La cúpula del PSOE, cuya competencia profesional y técnica está por desmostrar, aún no se ha percatado de que no están los tiempos para hacer política de bajo vuelo ni para mítines universitarios ni para rancias soflamas obreristas. Los ciudadamos exigen políticos serios y competentes, responsables y laboriosos que sean capaces de ofrecer alternativas fiables. Si el PP arrasó el 20-N fue, sobre todo, porque transmitió más confianza y seriedad que el equipo de aficionados del PSOE. La gente está harta de la palabrería hueca y de la retórica maniquea, de los buenistas indocumentados y de los oportunistas que viven del error ajeno.

En contra de lo que puedan pensar los estrategas de Ferraz, la actitud socialista ante los incidentes de Valencia les perjudica seriamente ante una ciudadanía que quiere orden y paz social. Rubalcaba, que tanto tiempo fue ministro del Interior, sabe perfectamente que denigrando a la Policía se daña también la imagen de su partido como alternativa de Gobierno. Entonces, ¿por qué no ha cortado de raíz las salidas de tono de Pajín, Valenciano y Soraya Rodríguez? 

¿Acaso no es capaz de controlar a sus peones? Dentro de la cúpula del PSOE hay quienes dudan de la capacidad del compañero Alfredo para liderar de verdad un partido dividido, humillado y desnortado. Van a tener razón.

JOSÉ ANTONIO GUNDÍN, EL SEMANALDIGITAL.COM

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