miércoles, 21 de diciembre de 2011

Garantía social


Una de las cosas que ha dejado claras el debate de investidura del nuevo Presidente del Gobierno, es que la izquierda ha decidido prorrogar su argumentario de campaña en este arranque de la X Legislatura. Los portavoces se sucedían, pero las apelaciones al miedo eran las mismas. Si les creyésemos, llegaríamos a la conclusión de que el gobierno del Partido Popular supondrá el fin del Estado del Bienestar.

Al parecer, estamos iniciando un nuevo tiempo en el que valores como la igualdad y la solidaridad serán sistemáticamente abolidos. Una etapa en la que los derechos básicos, la protección social y los servicios públicos se convertirán en recuerdo. En definitiva, una época negra en la que el patrimonio común de la Educación y la Sanidad públicas y universales serán sacrificadas en beneficio de la especulación y el dinero, en perjuicio de todos los ciudadanos.

Lo más curioso de todo es que no ha habido mayor peligro para el Estado del Bienestar, que hemos construido entre todos, que los gobiernos de esa misma Izquierda catastrofista, que, una vez más, se ha revelado incapaz de gestionar bien la economía y se ha visto obligada a realizar los mayores recortes sociales de la democracia, afectando seriamente al gasto sanitario y educativo y a las pensiones.

Por el contrario, si olvidamos los juicios de intenciones y atendemos a las ideas desgranadas por el nuevo Presidente del Gobierno a lo largo de estos dos últimos días en el Congreso de los Diputados, lo que de verdad encontramos es una propuesta realista llamada a reactivar la economía y promover la creación de empleo, manteniendo intactos los derechos sociales. Una propuesta que pasa por volver a la idea de la creación de empleo como la mejor política social que existe, la única que garantiza la realización personal, la estabilidad social, y la sostenibilidad y viabilidad de nuestro sistema de prestaciones. 

No puede haber mejorar garantía para nuestros derechos sociales que el diseño de una nueva política económica orientada a la creación de puestos de trabajo, pues sin empleo, el Estado del Bienestar deviene insostenible. Y por eso, no tengo ningún reparo en decir que el Partido Popular, lejos de ser un peligro para el Estado del Bienestar, es el mejor garante de su continuidad. ¿O no fue así, en 1996, cuando el PP heredó un país en quiebra y lo entregó con superávit, duplicando el gasto sanitario por persona cubierta y aumentando en más de un 50% el gasto público en Educación?

La historia, nos avala. Por ello, no es momento para el miedo, sino para la esperanza.

R. P. E., VICESECRETARIO DE ACCIÓN POLÍTICA DE NUEVAS GENERACIONES DEL PP DE GIJÓN.

1 comentario:

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